Una vida renovada
“Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he
confiado; hazme saber el camino por donde ande, porque a ti he elevado mi alma.
Líbrame de mis enemigos, oh Jehová; en ti me refugio. Enséñame a hacer tu
voluntad, porque tú eres mi Dios; tu buen espíritu me guíe a tierra de
rectitud”. Salmos 143: 8-10
“Y dijo al hombre: he aquí que el temor del Señor es la
sabiduría, y el apartarse del mal, la inteligencia”. Job 28:28
Hoy mucha gente posee mucha inteligencia y conocimiento, cada
vez las posibilidades para aprender son más fáciles gracias a la tecnología,
hay acceso a cualquier conocimiento; pero al mismo tiempo, a pesar de tanta
información, el hombre cada vez es más desdichado e infeliz, las personas son
insensatas, y esto se ve en su comportamiento, porque viven en su propio
razonamiento, en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento
entenebrecido y dejándose arrastrar por los deseos y placeres de este mundo, ajenos
de la vida de Dios, (Efesios 4:17-18).
Solo la vida es sabia cuando la vivimos a la luz de la
Palabra de Dios, como dice el Salmo 119:105 “Lámpara es a mis pies tu palabra,
y lumbrera a mi camino”. Solo el Señor a través de su Palabra nos muestra la senda
por donde debemos andar y cuida cada uno de nuestros pasos para que no nos
desviemos. Por eso cada vez que leemos su Palabra, debemos pedir al Espíritu
Santo sabiduría, y comprensión para poder aplicarla a nuestra vida y agradar a
Dios en obediencia.
Proverbios 9 :10 nos dice: “El temor de Jehová es el
principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia”.
La sabiduría comienza cuando conocemos a Dios. Le da un propósito a nuestra
vida porque Él la creó. Conocer a Dios no solo es saber datos de Él, sino
permanecer en temor reverente y tener comunión con Él. ¿Queremos en verdad ser
sabios? Conozcamos cada vez más a Dios.
El Señor, a través del apóstol Pablo nos dice que debemos
renovarnos en el espíritu de nuestra mente, por eso nos manda a despojarnos del
viejo hombre viciado con deseos engañosos y a vestirnos de la nueva creación
que solo la podemos obtener cuando aceptamos a Jesús en nuestro corazón como
nuestro Señor y Salvador y así, nacer de nuevo, para llevar una vida nueva de
justicia y santidad. Esto ocurre solamente por su gracia regeneradora a través
del Espíritu Santo que viene a morar en nosotros y que nos transforma por el
poder omnipotente de Dios, (Efesios 4:22-24).
Por medio del poder del Espíritu, podemos sacar todos los
principios corruptos que regían nuestra vieja naturaleza y tener principios de
gracia que Jesús nos da para vivir vidas renovadas, no tenemos excusas porque
el gran privilegio de los cristianos es que tenemos la mente de Cristo,
revelada por su Espíritu, para poder experimentar su poder santificador en
nuestros corazones y dar buen fruto en nuestras vidas,(1 corintios 2:16).
Hermanos, Dios nos ha revelado sabiduría verdadera por su Espíritu para vivir
sabiamente. Oración.
«Señor, hoy te pido especialmente que abras mi corazón al
mensaje de la Escritura, entiendo que tú quieres enseñarme y guiarme para que
pueda cumplir tu voluntad, y vivir en tu temor, quiero buscar la verdad de tu
Palabra y comprenderla para vivir con sabiduría y agradarte con mis acciones,
pensamientos y palabras; en Cristo Jesús, amén.
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