Vista física vs. Vista espiritual
“Porque esta leve
tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno
peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se
ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son
eternas.” 2 corintios 4:17-18
El relato de 2 Reyes 6:15 en donde se nos muestra al siervo
de Eliseo totalmente amedrentado por lo que sus ojos físicos podían ver, al ejército
enemigo rodeando la ciudad, es el ejemplo perfecto de lo que quiere enseñarnos
el Señor sobre la necesidad de no poner nuestra mirada en las cosas físicas
(que representan esas leves tribulaciones) pues ellas tan solo son temporales,
momentáneas, como lo vimos en devocionales anteriores:
Moises y sus manos cansadas (Éxodo 17:12a).
El ejército de Siria rodeando Israel (2 Reyes 6:14-15).
Nehemías y el pueblo siendo atacados por sus enemigos con la
intención de derribar sus muros (Nehemías 4:7-8).
Las Escrituras nos muestran que lo que tú y yo debemos hacer,
es más bien, poner nuestra mirada en las cosas que no se ven, pues ellas son
eternas:
Moisés descansando en la Roca, Cristo (Éxodo 17:12b). Aarón y
Hur ayudando a levantar las manos cansadas de Moisés, ayuda que representa el
apoyo que Dios nos permite dar a otros por medio de la guía de Su Espíritu
Santo (Éxodo 17:12c).
Ejército de Dios rodeando al pueblo de Israel (2 Reyes 6:17).
Respaldo y protección de Dios hacia Jerusalén, permitiendo
que ellos pudieran terminar los muros y preservarlos, a pesar de los ataques
que querían hacer sus enemigos (Nehemías 4:9, 6:16).
Hermanos, con estos ejemplos claros lo que debemos aprender a
desarrollar y fortalecer, más allá de la vista física, es la espiritual, pues
la física en ocasiones nubla no solo nuestra vista sino también nuestra mente,
pero la espiritual es la que siempre nos da la claridad que necesitamos, pues
al estar puesta en Jesús y en Su Palabra que permanece para siempre, es la que
nos ayuda a fortalecer nuestra mente (1 Pedro 1:25). Oración.
«Padre, te agradezco por todos los sentidos que me has dado:
La vista, el olfato, el oído, el gusto y el tacto, pues ellos han sido puestos
en mí para disfrutar de todo lo que Tú has creado. Lastimosamente en ocasiones
permito que ellos se vean afectados, sobre todo mi vista, pues en vez de
permitirme ver de manera clara esa realidad espiritual, se nubla, al enfocarse
en la adversidad, en lo efímero de este mundo. Señor Jesús, en este día te pido
que Tu Santo Espíritu abra mis ojos pues quiero verte de manera clara en mi
diario caminar. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario