Obras son amores
“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente
y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el
calcañar.” Génesis 3:15
“Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles,
y los vistió.” Génesis 3:21
“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para
buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en
ellas” Efesios 2:10
Dios nos ha manifestado por medio de su Palabra que con Amor
Eterno nos ha amado, como dice Jeremías 31:3 “Jehová se manifestó a mí hace ya
mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi
misericordia.” Y como lo hemos estado aprendiendo por medio de su creación
también nos ha declarado su Amor, así que continuando con el estudio de la
preexistencia de Cristo, podemos ver que este amor que Dios manifiesta con sus
palabras se ve expresado en acciones, y es sorprendente, que cuando el hombre
peca, desobedeciendo a Dios, él mismo manifiesta su amor, declarando en Génesis
3:15 ese plan de salvación que vendría por medio de Cristo, y luego en un acto
de amor cubre al hombre con pieles como se observa en Génesis 3:21,
enseñándonos que el amor se expresa con palabras y ratifica con acciones.
Por eso al ser testigos del amor de Cristo no solamente
llevamos el mensaje del evangelio con palabras sino también con manifestaciones
y actos de amor, pues como dice Efesios 2:10 “Porque somos hechura suya,
creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano
para que anduviésemos en ellas”
Hoy en día muchos problemas de la humanidad, vienen como
consecuencia del pasado, un pasado que produce vergüenza por el pecado o por
malas decisiones tomadas, o hace daño por el pecado o malas decisiones de
otros, y esto puede conducir a depresiones y tristemente hasta suicidios.
Llevar el amor de Cristo al predicar el evangelio, acompañándolo de un abrazo,
una sonrisa, una ayuda, puede ser determinante, por eso hermanos compartamos el
amor de Cristo, ese amor que es capaz de quitarnos la vergüenza que nos hacía
esconder y nos alejaba de Dios, como le pasó a Adán y Eva, pero que ahora nos
impulsa y motiva para ayudar a otros. Oración.
«Señor Jesús, gracias porque ahora que soy testigo de tu amor
he aprendido que obras son amores y no tan solo buenas intenciones, gracias
porque me motivas a compartir tu evangelio, enseñándolo, predicando y sobre
todo viviéndolo. Amén.
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