¿Qué es la vida devocional?
Cuando miramos la vida aquellos que fueron usados por Dios y
dejaron en alto el nombre del Evangelio, podemos encontrar una característica
que los identifica. Hombres y mujeres desde los tiempos bíblicos y aun después,
han tenido en común un aspecto que los ha destacado de los demás creyentes.
Ellos, por encima de todo, han sido gente de oración.
Y cuando digo gente de oración, me estoy refiriendo a una
devoción secreta, constante e intensa. Mejor dicho, fueron personas con una
vida devocional muy profunda y activa. Quizás no fueron de la misma clase
social, cultural y económica y aun vivieron en distintas épocas, pero a estas
personas los unía el lazo de la estrecha comunión con Dios.
La vida devocional es la práctica diaria (o inter diaria) de
apartar un tiempo a solas para dedicarnos a la oración y la lectura de las
Escrituras. El creyente debe establecerlo hasta que se convierta en un hábito.
Un sagrado hábito. Necesario y provechoso. No hay ninguna otra actividad en la
vida del creyente que contribuya más a su crecimiento espiritual, como la
lectura y la oración.
Debemos desarrollar una vida de oración, pues solo en ese
contexto, podemos crecer en nuestra dependencia y conocimiento de Dios. Sea en
las mañanas, por las tardes o en las noches, debemos apartar ese tiempo a solas
con Dios.
La vida devocional es el respirar del cristiano, la leche del
recién nacido, el alimento del fuerte y el agua para el pez. No hay vida en
Dios, sin vida de oración, porque nuestra altura espiritual, la calculamos con
la medida de la vida devocional.
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