Dar gracias
“Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para
con vosotros en Cristo Jesús” 1 Tesalonicenses 5:18
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras
peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la
paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y
vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” Filipenses 4:6-7
Dar gracias en todo porque esa es la voluntad de Dios para
con nosotros en Cristo Jesús, es el mandato que encontramos del Señor en 1
Tesalonicenses 5:18. Es este, en primera instancia, un mandamiento un poco
difícil de aceptar y mayor aún de practicar, pues no todo el tiempo o en todo
momento sentimos querer dar gracias a Dios o estar agradecidos por alguna
situación.
Pues bien, hemos de saber que, es esta una actitud o
manifestación que se produce en nosotros única y exclusivamente cuando nuestra
fe y confianza están puestas en el Señor; si leemos nueva y detenidamente 1
Tesalonicenses 5:18 encontraremos el porqué debemos siempre dar gracias en
todo, y la respuesta es sencillamente porque eso que nos está ocurriendo es la
voluntad de Dios para con nosotros en Cristo Jesús.
Reflexionemos, si nosotros verdaderamente confiamos que
nuestra vida está en manos del Señor, si creemos que somos sus hijos en Cristo
y además que Él es soberano para hacer o permitir en nuestra vida conforme bien
le parezca, entonces ¿por qué hemos de dudar, cuestionar, renegar o quejarnos
ante una situación que quizás no nos agrade o que talvez nos esté causando
dolor?
Hermanos, el Señor es poderoso para hacer las cosas mucho más
abundantemente de lo que nosotros pedimos o entendemos, pero solo podremos ver
su propósito detrás de cada situación cuando, por esa fe que hemos recibido de
Él, nuestra constante actitud es de confianza y gratitud. 1 Pedro 1:6-7 nos
dice así “En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo,
si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que
sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque
perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando
sea manifestado Jesucristo,” Oración.
«Padre Dios, gracias por esa buena y preciosa obra que tú
cada día perfeccionas en mí, gracias por no dejarme como soy, como pienso y
como siento, sino mejor, a través de las diversas pruebas y tribulaciones,
hacer crecer en mí el pensar, el sentir y el hacer de tu Hijo Jesucristo, que
me lleva a estar siempre confiado y agradecido, amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario