viernes, 31 de octubre de 2025

puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” Mateo 5:14-16 Cada 31 de Octubre el mundo se reúne para conmemorar la oscuridad. Vemos toda una fiesta que se realiza en honor a las tinieblas, y como en todo festejo, se nos invita a ponernos el “mejor de los trajes”: Una máscara, o disfraz. Cuando analizamos todo lo que fomenta esta “celebración” solo logramos percibir una cosa: Desinhibición. Por un solo día pareciera que no hay restricciones sociales, religiosas, éticas, ni morales, pues el mundo, al parecer, experimenta una “libertad” en donde por esa ocasión, puede ser lo que quiera ser, sin miedo a ser juzgado o señalado, pues da la sensación que en este día todo es permitido. La pregunta es, eso es lo que hace y celebra el mundo, pero nosotros los creyentes ¿Qué hacemos un día como éste? Quizás muchos de nosotros o de nuestras familias participarán en esta “conmemoración”, pero la verdad es que detrás de todo el concepto que celebra el mundo sólo están escondidas las obras de las tinieblas, por eso el Señor nos invita a ser prudentes, sabios, a filtrar todo bajo la luz de la Palabra para saber qué es lo correcto, pero sobretodo, se nos exhorta a andar como hijos de Luz (Efesios 5:13; Efesios 5:8, 11, 15; 1 Corintios 10:23). En otros casos, como lo manifiesta el pasaje principal del día de hoy, muchos creyentes optan por esconderse, o refugiarse junto con sus familias en sus hogares para ni siquiera ver este tipo de contenido que ofrece dicha “celebración”, pero cuando hacemos ésto es como si de cierta manera nos apagáramos por ese día, pues pareciera ser que la luz se esconde y la oscuridad toma posesión del mundo. Hermanos, el Señor quiere hacernos un llamado, una invitación a nosotros los creyentes, a hacer un cambio de enfoque en este día, pues el 31 de Octubre no debería ser un día para conmemorar las tinieblas, la oscuridad y la muerte sino más bien debería ser conocido como el día en el que se conmemora y celebra a Jesús, la Luz del mundo, quien vino para iluminarnos y darnos vida. Para ésto debemos levantarnos, trabajar en unidad, orar para que el mundo conozca a Jesús, y aprovechar cualquier instante, en especial este día, para expandir el evangelio y no esconderlo, pues el Señor nos está llamando a ser luminares que lleven al mundo la Luz de Jesucristo, pues la Luz debe brillar en la oscuridad (Juan 1:5). Oración. «Padre, quiero ser un instrumento en Tus manos, para que en todo momento y a donde quiera que vaya, se vea reflejada la Luz de Jesús, que se perciba de manera clara el olor de Tu Presencia y que se oiga en todas partes el sonido de Tu voz por medio de Tu Palabra. Úsame Espíritu Santo de Dios y no permitas que me esconda ni me calle, pues el mundo necesita que la Luz de Jesucristo ilumine nuestros corazones. Amén.

 

Luz que brilla en la oscuridad

“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” Mateo 5:14-16

Cada 31 de Octubre el mundo se reúne para conmemorar la oscuridad. Vemos toda una fiesta que se realiza en honor a las tinieblas, y como en todo festejo, se nos invita a ponernos el “mejor de los trajes”: Una máscara, o disfraz. Cuando analizamos todo lo que fomenta esta “celebración” solo logramos percibir una cosa: Desinhibición. Por un solo día pareciera que no hay restricciones sociales, religiosas, éticas, ni morales, pues el mundo, al parecer, experimenta una “libertad” en donde por esa ocasión, puede ser lo que quiera ser, sin miedo a ser juzgado o señalado, pues da la sensación que en este día todo es permitido.

La pregunta es, eso es lo que hace y celebra el mundo, pero nosotros los creyentes ¿Qué hacemos un día como éste? Quizás muchos de nosotros o de nuestras familias participarán en esta “conmemoración”, pero la verdad es que detrás de todo el concepto que celebra el mundo sólo están escondidas las obras de las tinieblas, por eso el Señor nos invita a ser prudentes, sabios, a filtrar todo bajo la luz de la Palabra para saber qué es lo correcto, pero sobretodo, se nos exhorta a andar como hijos de Luz (Efesios 5:13; Efesios 5:8, 11, 15; 1 Corintios 10:23). En otros casos, como lo manifiesta el pasaje principal del día de hoy, muchos creyentes optan por esconderse, o refugiarse junto con sus familias en sus hogares para ni siquiera ver este tipo de contenido que ofrece dicha “celebración”, pero cuando hacemos ésto es como si de cierta manera nos apagáramos por ese día, pues pareciera ser que la luz se esconde y la oscuridad toma posesión del mundo.

Hermanos, el Señor quiere hacernos un llamado, una invitación a nosotros los creyentes, a hacer un cambio de enfoque en este día, pues el 31 de Octubre no debería ser un día para conmemorar las tinieblas, la oscuridad y la muerte sino más bien debería ser conocido como el día en el que se conmemora y celebra a Jesús, la Luz del mundo, quien vino para iluminarnos y darnos vida. Para ésto debemos levantarnos, trabajar en unidad, orar para que el mundo conozca a Jesús, y aprovechar cualquier instante, en especial este día, para expandir el evangelio y no esconderlo, pues el Señor nos está llamando a ser luminares que lleven al mundo la Luz de Jesucristo, pues la Luz debe brillar en la oscuridad (Juan 1:5).   Oración.

«Padre, quiero ser un instrumento en Tus manos, para que en todo momento y a donde quiera que vaya, se vea reflejada la Luz de Jesús, que se perciba de manera clara el olor de Tu Presencia y que se oiga en todas partes el sonido de Tu voz por medio de Tu Palabra. Úsame Espíritu Santo de Dios y no permitas que me esconda ni me calle, pues el mundo necesita que la Luz de Jesucristo ilumine nuestros corazones. Amén.


“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” Mateo 5:14-16

Cada 31 de Octubre el mundo se reúne para conmemorar la oscuridad. Vemos toda una fiesta que se realiza en honor a las tinieblas, y como en todo festejo, se nos invita a ponernos el “mejor de los trajes”: Una máscara, o disfraz. Cuando analizamos todo lo que fomenta esta “celebración” solo logramos percibir una cosa: Desinhibición. Por un solo día pareciera que no hay restricciones sociales, religiosas, éticas, ni morales, pues el mundo, al parecer, experimenta una “libertad” en donde por esa ocasión, puede ser lo que quiera ser, sin miedo a ser juzgado o señalado, pues da la sensación que en este día todo es permitido.

La pregunta es, eso es lo que hace y celebra el mundo, pero nosotros los creyentes ¿Qué hacemos un día como éste? Quizás muchos de nosotros o de nuestras familias participarán en esta “conmemoración”, pero la verdad es que detrás de todo el concepto que celebra el mundo sólo están escondidas las obras de las tinieblas, por eso el Señor nos invita a ser prudentes, sabios, a filtrar todo bajo la luz de la Palabra para saber qué es lo correcto, pero sobretodo, se nos exhorta a andar como hijos de Luz (Efesios 5:13; Efesios 5:8, 11, 15; 1 Corintios 10:23). En otros casos, como lo manifiesta el pasaje principal del día de hoy, muchos creyentes optan por esconderse, o refugiarse junto con sus familias en sus hogares para ni siquiera ver este tipo de contenido que ofrece dicha “celebración”, pero cuando hacemos ésto es como si de cierta manera nos apagáramos por ese día, pues pareciera ser que la luz se esconde y la oscuridad toma posesión del mundo.

Hermanos, el Señor quiere hacernos un llamado, una invitación a nosotros los creyentes, a hacer un cambio de enfoque en este día, pues el 31 de Octubre no debería ser un día para conmemorar las tinieblas, la oscuridad y la muerte sino más bien debería ser conocido como el día en el que se conmemora y celebra a Jesús, la Luz del mundo, quien vino para iluminarnos y darnos vida. Para ésto debemos levantarnos, trabajar en unidad, orar para que el mundo conozca a Jesús, y aprovechar cualquier instante, en especial este día, para expandir el evangelio y no esconderlo, pues el Señor nos está llamando a ser luminares que lleven al mundo la Luz de Jesucristo, pues la Luz debe brillar en la oscuridad (Juan 1:5).   Oración.

«Padre, quiero ser un instrumento en Tus manos, para que en todo momento y a donde quiera que vaya, se vea reflejada la Luz de Jesús, que se perciba de manera clara el olor de Tu Presencia y que se oiga en todas partes el sonido de Tu voz por medio de Tu Palabra. Úsame Espíritu Santo de Dios y no permitas que me esconda ni me calle, pues el mundo necesita que la Luz de Jesucristo ilumine nuestros corazones. Amén.

jueves, 30 de octubre de 2025

Alaba a Dios

 


Alaba a Dios

“Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias; el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila”, Salmo 103:1-5

En el antiguo testamento, los términos usados para alabanza son ‘halal’ significado parafraseado de hacer ruido, ‘yada’, relacionado con acciones y gestos corporales que acompañan la alabanza, y ‘zamar’ término relacionado con la música y el canto. En el Nuevo Testamento el término usado es ‘eujaristein’, que literalmente significa dar gracias y ‘eulogein’ que significa bendecir, ambos sugieren una relación íntima con la persona que es objeto de la alabanza.

En la Biblia entera se hallan muchos casos de alabanza que surgen espontáneamente de un corazón agradecido por los favores realizados por Dios. En Salmos 104:31 se declara que la gloria es para Dios y Él se deleita y complace en sus obras, y toda la creación expresa su gozo en alabanza (Job 38:7).

Nosotros fuimos creados para alegrarnos en la obra de Dios (Salmo 90:14-16), y para expresarle a Él todo nuestro gozo por los favores recibidos, incluyendo su perdón por nuestros pecados, porque cuando el reino de Dios llega a nuestro corazón (Es decir Cristo mora en nosotros), es restaurada en nosotros la alegría, la plenitud y a pesar de la dificultades que puedan existir, es quitada la angustia y esto produce un gozo inefable, que deriva en alabanza a Dios (Isaías 9:1-2).

Poder realizar la acción de gracias hacia Dios, expresada en alabanza, aun en medio de los sufrimientos de la vida diaria, santifica todos los aspectos de nuestra vida (1 Corintios 10:30-31) y es muestra de una ofrenda real y verdadera a Dios (Filipenses 2:17), así que empecemos nuestro día alabando a Dios con todo agradecimiento. Oración.

Señor, gracias por la vida eterna que me diste en Cristo, aun en medio de aflicciones te alabaré, tú eres la mayor alegría y en tu Palabra encuentro regocijo. Te alabo oh, mi Dios, por las grandes cosas que haces en mi vida y por lo que harás poderosamente en mí, para tu gloria y honra. Amén.

miércoles, 29 de octubre de 2025

Falsa tregua para la batalla.

 


Falsa tregua para la batalla.

 “Después subió Nahas amonita, y acampó contra Jabes de Galaad. Y todos los de Jabes dijeron a Nahas: Haz alianza con nosotros, y te serviremos. Y Nahas amonita les respondió: Con esta condición haré alianza con vosotros, que a cada uno de todos vosotros saque el ojo derecho, y ponga esta afrenta sobre todo Israel.” 1 Samuel 11:1-2

El enemigo, en ocasiones, se parece a Nahas, nos ofrece una “salida”, una “solución” a nuestro problema, o “paz” para acabar con esa guerra que él mismo inició. Claramente todo ésto es un engaño pues el enemigo lo único que quiere es devorarnos. Cuando tú y yo creemos que ésto es cierto y caemos en sus artimañas pensando que si hacemos una “tregua” con el enemigo se acabará la guerra, caemos en un error, pues para que dicha “tregua” se lleve a cabo, el enemigo siempre nos pedirá algo a cambio. En el caso de Jabes de Galaad se le pidió su ojo derecho, y ésto no sólo lo incluía a él sino también a todo Israel, pues para que hubiera protección de parte de Nahas, Israel debía acceder a ese trato. Parece ilógico, irracional, que todo un pueblo pensara que lo correcto era acceder a ésto que pedía Nahas a cambio de “paz”, ¿Cómo es posible que prefirieran pensar que la solución estaba en dejar perder su ojo derecho, en vez de pararse para protegerse unos a otros?

Todo lo anterior para nosotros suena ilógico, pero tú y yo en ocasiones también queremos o hacemos lo mismo. Preferimos como dice el dicho: “perder una batalla, pero no la guerra”, ¿Cómo? cediendo o perdiendo parte de nuestro territorio con tal de obtener un poco de “tranquilidad”, y aquí quiero citar un ejemplo claro de ésto: Preferimos dejar el servicio, el congregarnos en la Iglesia por un lapso de tiempo, a cambio del “descanso” o la “tregua” que nos ofrece el enemigo ¿Acaso ésto no se parece a lo que nos relata el libro de Samuel? Pues el dejar de congregarnos, o incluso el dejar de servir, es como entregarle un ojo a nuestro enemigo, porque por medio de la congregación es que se nos habla la Palabra de Dios que es la que ejercita nuestra vista espiritual, las Escrituras son como ese colirio que lubrica nuestros ojos espirituales para que no tengamos problemas de resequedad espiritual (Apocalipsis 3:18), la Palabra de Dios es ese escudo que necesitamos, incluso, para proteger nuestros ojos que en ocasiones se dejan desviar fácilmente (Salmos 18:30).

Hermanos, ¿Cómo salimos de esta situación, de este engaño del enemigo que hemos creído? Sólo podemos salir de ahí con la ayuda del Espíritu Santo de Dios,  Oración.

«Padre, debo confesar que en algunos instantes he caído en esas falsas treguas que ofrece el enemigo porque he seguido mi propio consejo. Tú me has enseñado en Tu Palabra que no sea sabio en mi propia opinión, y en ocasiones, no he tomado tu consejo, pues he terminado cediendo partes importantes de mi vida ante el enemigo. Ayúdame Santo Espíritu de Dios a no caer más ante las mentiras del diablo, de mi carne y del mundo. Prepárame y fortaléceme para seguir solamente el consejo de Jesús. Amén.

martes, 28 de octubre de 2025

Vista física vs. Vista espiritual

 


Vista física vs. Vista espiritual

 “Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.” 2 corintios 4:17-18

El relato de 2 Reyes 6:15 en donde se nos muestra al siervo de Eliseo totalmente amedrentado por lo que sus ojos físicos podían ver, al ejército enemigo rodeando la ciudad, es el ejemplo perfecto de lo que quiere enseñarnos el Señor sobre la necesidad de no poner nuestra mirada en las cosas físicas (que representan esas leves tribulaciones) pues ellas tan solo son temporales, momentáneas, como lo vimos en devocionales anteriores:

Moises y sus manos cansadas (Éxodo 17:12a).

El ejército de Siria rodeando Israel (2 Reyes 6:14-15).

Nehemías y el pueblo siendo atacados por sus enemigos con la intención de derribar sus muros (Nehemías 4:7-8).

Las Escrituras nos muestran que lo que tú y yo debemos hacer, es más bien, poner nuestra mirada en las cosas que no se ven, pues ellas son eternas:

Moisés descansando en la Roca, Cristo (Éxodo 17:12b). Aarón y Hur ayudando a levantar las manos cansadas de Moisés, ayuda que representa el apoyo que Dios nos permite dar a otros por medio de la guía de Su Espíritu Santo (Éxodo 17:12c).

Ejército de Dios rodeando al pueblo de Israel (2 Reyes 6:17).

Respaldo y protección de Dios hacia Jerusalén, permitiendo que ellos pudieran terminar los muros y preservarlos, a pesar de los ataques que querían hacer sus enemigos (Nehemías 4:9, 6:16).

Hermanos, con estos ejemplos claros lo que debemos aprender a desarrollar y fortalecer, más allá de la vista física, es la espiritual, pues la física en ocasiones nubla no solo nuestra vista sino también nuestra mente, pero la espiritual es la que siempre nos da la claridad que necesitamos, pues al estar puesta en Jesús y en Su Palabra que permanece para siempre, es la que nos ayuda a fortalecer nuestra mente (1 Pedro 1:25).   Oración.

«Padre, te agradezco por todos los sentidos que me has dado: La vista, el olfato, el oído, el gusto y el tacto, pues ellos han sido puestos en mí para disfrutar de todo lo que Tú has creado. Lastimosamente en ocasiones permito que ellos se vean afectados, sobre todo mi vista, pues en vez de permitirme ver de manera clara esa realidad espiritual, se nubla, al enfocarse en la adversidad, en lo efímero de este mundo. Señor Jesús, en este día te pido que Tu Santo Espíritu abra mis ojos pues quiero verte de manera clara en mi diario caminar. Amén.

lunes, 27 de octubre de 2025

Confusión vs. Claridad. Parte 2

 


Confusión vs. Claridad. Parte 2

“Entonces envió el rey allá gente de a caballo, y carros, y un gran ejército, los cuales vinieron de noche, y sitiaron la ciudad. Y se levantó de mañana y salió el que servía al varón de Dios, y he aquí el ejército que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿qué haremos?” 2 Reyes 6:14-15

En el devocional del día de ayer terminamos viendo cómo el siervo de Eliseo experimentó confusión al escuchar y ver, por un lado, al ejército Sirio y sus caballos, y por el otro a Eliseo manifestando que no estaban solos, que no tuviera temor pues más eran los que estaban con ellos (2 Reyes 6:14-15). Me imagino a este siervo confundido, angustiado, sin tener claridad sobre lo que debía hacer o en quién confiar, hasta que Dios mismo le permitió ver esa realidad espiritual (2 Reyes 6:17). Al igual que aquel hombre nosotros también en ocasiones nos hemos visto rodeados, “solos”, cansados y confundidos por una aparente “realidad” que nos muestra que estamos acabados, que ha llegado nuestro fin. El problema de esta confusión está en que ella misma nos conducirá a la rendición, a bajar las armas y decir: “no puedo más”, y eso es lo que quiere el enemigo, hacernos rendir para devorarnos. Pero ¿qué es lo que nos dice el Señor?: “que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos;” (2 Corintios 4:8-9).

Hermanos, Dios es el único con la capacidad de darnos claridad para saber cómo enfrentar una batalla o situación difícil, para ello Él mismo iluminará nuestros corazones (pensamientos y sentimientos) con la luz de Su Palabra haciéndonos entender y mostrándonos, por medio de ella, el camino que en todo tiempo debemos seguir (Salmos 32:8). Así que no nos desanimemos, continuemos firmes en Él, pues como lo manifiesta 2 Corintios 4:17-18 “Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, PERO LAS QUE NO SE VEN SON ETERNAS.    Oración.

«Señor Jesús, eres el único capaz de darme claridad y de iluminar mi entendimiento, eres el único Camino, la Verdad y la Vida, el único que me conduce al Padre. Señor no quiero dejarme confundir por el enemigo, pues Tu voz es peculiar, es incomparable, por eso te pido Espíritu Santo de Dios, Tú quien eres mi Ayudador, que me guíes a toda Verdad, a todo lo que me lleve a Jesucristo. Amén.

domingo, 26 de octubre de 2025

Confusión vs. Claridad.

 


Confusión vs. Claridad.

“Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo” 2 Corintios 4:6

Una de las definiciones que la Real Academia de la Lengua Española utiliza para la palabra “confusión” es: “Mezclar cosas diversas de manera que no puedan reconocerse o distinguirse.” y bajo este contexto podemos entender la quinta estrategia que el enemigo utiliza para intentar derribar esos muros de protección que Dios ha levantado en nuestra mente y que son conforme a Su Voluntad. Y es que ¿quién no ha experimentado confusión?, sobre todo cuando de tomar decisiones se trata, pues lo que deseamos es tomarlas conforme la Voluntad de Dios, pero al encontrarnos con tantas opiniones divididas en donde aparentemente todas “tienen la razón” no sabemos qué hacer, y terminamos entonces abrumados y confundidos. Cuando meditaba sobre esto Dios me llevaba a recordar lo que dice Juan 10:27, en este versículo se menciona que las ovejas son animales que tienen la capacidad de distinguir claramente la voz de su pastor, y de seguirle solamente a él. En internet hay un video que lo comprueba, en el puedes ver cómo se entrenan a distintas personas y se les enseña el sonido que utiliza el pastor para llamar a sus ovejas, esto con el fin de confundirlas y ver si así terminan obedeciendo a quienes las llaman; aunque aquel llamado parece similar al de su pastor, las ovejas no caen en esa mentira, y simplemente siguen pastando sin prestar atención al ruido que hay alrededor, hasta que llega el verdadero pastor, cuando él las empieza a llamar puedes observar cómo poco a poco cada una de ellas empieza a levantar su cabeza para cerciorarse en qué lugar está su dueño, una vez lo logran ver, salen corriendo a su encuentro. Lo mismo podríamos decir que sucede espiritualmente en nuestras vidas, la única diferencia es que mientras aquellas ovejas no se dejan confundir, nosotros los creyentes (en ocasiones), al oír tantas voces que se camuflan y parecieran provenir de nuestro Pastor, terminamos confundidos y sin saber qué hacer o a quién seguir, o en casos especiales, siguiendo a todo aquel que pareciera “provenir de parte de Dios”.

 

Hermanos, el enemigo constantemente nos lanza mentiras que quiere que aceptemos y las tomemos como si fueran verdades, ya hemos visto la gran capacidad que tiene para camuflarse y pretender hacerse pasar por nuestro Pastor, y si tú y yo aceptamos esto y no logramos tener claridad a la hora de diferenciar entre tanto ruido la voz de nuestro Pastor, terminaremos cayendo en estas artimañas, seremos confundidos y nuestra vista, nuestro entendimiento, será nublado, como le pasó al siervo de Eliseo.   Oración.

«Padre, dame claridad para poder ver lo que tú ves. Mi petición este día Señor Jesús es que abras mis ojos para poder ver esa realidad espiritual que en momentos difíciles ignoro. Ilumina mi mente y mi corazón con la Luz de Tu Palabra y echa fuera con Tu voz toda confusión que me perturba y me estanca. Amén.

sábado, 25 de octubre de 2025

Ataque Sorpresa vs. Preparación

 


Ataque Sorpresa vs. Preparación

“Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa.” Mateo 24:43.

Hay un dicho popular que dice: “Soldado advertido no muere en guerra”, por mucho tiempo pensé que ese era el refrán, pero tristemente me encontré con una parte adicional que dice: “y si muere, muere advertido”, qué triste sería que con todas las advertencias que nos está haciendo el Señor, con respecto a las estrategias que utiliza el enemigo para derribar esos muros de protección que Dios ha levantado y que son conforme a Su Voluntad, terminemos cayendo fácilmente en ellas, pues la idea de estas advertencias es que estemos enteramente preparados para poder, con la ayuda de Dios, resistir a nuestro enemigo (Santiago 4:7).

En el evangelio de Mateo el Señor nos dice que si tú y yo supiéramos que viene un ladrón a robarnos todo lo que tenemos, seguramente nos alistaríamos para defendernos, a nosotros mismos, a nuestras familias, y no nos dejaríamos saquear, buscaríamos protección, pues la idea es que el ladrón huya de delante de nosotros. Lastimosamente en muchos casos: el desánimo, la pereza, la falta de proactividad, el mismo temor (cosas que están en la carne) nos paralizan y no nos permiten reaccionar a tiempo, pero gloria a Dios por Jesucristo, porque es la fe en Él la que nos activa, y la revelación de Su Santo Espíritu quien nos sacude, recordándonos que: “no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor, y de dominio propio” (2 Timoteo 1:7b).

Cuando leí el pasaje anterior llamó mi atención la palabra “poder”, que se está utilizando aquí para referirse al espíritu que Dios nos ha dado, dicha palabra viene del griego dúnamis (δύναμις) y de esa raíz proviene la palabra española: dinamita. Me parece extraordinario que el Espíritu Santo por medio de este pasaje nos diga que ese espíritu que Dios nos ha dado a nosotros los creyentes tiene ese poder que es como dinamita, pues ese espíritu de poder es el que nos despierta de ese letargo en el que nos encontramos, nos sacude para que podamos pararnos y prepararnos y estar alertas, atentos contra esas asechanzas del enemigo. Claramente ese poder del que hablamos sólo puede provenir de Dios, y debemos recordarlo, pues sólo cuando recibimos al Espíritu Santo es que ocurre el dúnamis (δύναμις) como nos lo revela Hechos 1:8 “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo,”.

Hermanos, es tiempo de prepararnos para que los ataques del enemigo no nos tomen por sorpresa (como vimos el día de ayer que le sucedió al pueblo de Israel cuando fue sitiada por el ejército de Siria), es tiempo de vestirnos con toda esa armadura que Dios nos ha dado para así poder estar firmes contra todas las asechanzas del diablo (Efesios 6:10-18)     Oración.

«Padre, gracias por dejar a nuestra disposición esa armadura Tuya: La verdad, la coraza de justicia, el apresto del evangelio de la paz, el escudo de la fe, el yelmo de la salvación y la espada de Tu Espíritu que es Tu Palabra, pues sin ella estaríamos totalmente desprotegidos y seríamos presa fácil para el enemigo. Queremos Oh Dios vestirnos todos los días con esta armadura para poder enfrentar cualquier batalla. Amén.

viernes, 24 de octubre de 2025

Camuflaje vs. Luz y Verdad

 


Camuflaje vs. Luz y Verdad

“Tenía el rey de Siria guerra contra Israel,… Entonces envió el rey allá gente de a caballo, y carros, y un gran ejército, los cuales vinieron de noche, y sitiaron la ciudad.” 2 Reyes 6:8a, 14

Cansar a la presa, dividirla o esparcirla de la manada y rodearla no sólo son las estrategias que utiliza el enemigo para intentar devorarla, pues antes de que todo ésto se lleve a cabo debe haber un acercamiento, y dicho acercamiento sólo se puede lograr a través del camuflaje. La Real Academia de la Lengua Española lo define como: “Disimular dando a algo el aspecto de otra cosa.”, y si de camuflaje se trata, el enemigo: la carne, el mundo y Satanás, sí que saben hacerlo. La Biblia nos lo revela, y desde el inicio de la creación podemos ver a Satanás usando su primer camuflaje, su disfraz de serpiente, con la intención de poder estar más cerca de su presa, Eva (Génesis 3:1). Pero Satanás no es el único que se camufla, nuestra carne también lo hace, ¿cómo? con pensamientos que parecen “buenos”, decisiones que parecen ser “espirituales”, emociones, o un sentir que llamamos, y decimos que “proviene de Dios” (Jeremías 17:9). Y ¿cómo no mencionar al mundo, con sus ideologías camufladas, que parecen “buenas, lógicas y que no le hacen daño a nadie” sino que, como dicen ellos, están ahí para “liberarnos” de una esclavitud o dictadura en la que se nos tiene? (Isaías 5:20-21). Como vemos el camuflaje es tan sólo la manera en la que nuestro enemigo se acerca a nosotros para poder entonces aplicar todas esas estrategias que a lo largo de estos últimos devocionales hemos visto. La pregunta es: ¿Cómo podemos identificar que un pensamiento, una decisión, una ideología, entre otras, están siendo camufladas? La respuesta es clara, llevarlas a la luz y Verdad de la Palabra.

Miremos que el ejército Sirio decidió acercarse al pueblo de Israel, no en plena luz del día sino que decidieron camuflarse en la noche, pues así sería más fácil tomar al pueblo de Israel por sorpresa, totalmente desprevenidos, dejándolos así sin una oportunidad de reaccionar a tiempo, y lo mismo hace el enemigo con nosotros, pues no sólo se camufla sino que también nos toma por sorpresa, por eso la necesidad de estar atentos a las artimañas del enemigo, de filtrar todo bajo la Palabra de Dios, que es como esa luz que revela lo que hay en la oscuridad (Salmos 119:105)

Hermanos, el Señor nos está dando a conocer todas la estrategias que usa el enemigo pues estamos en tiempos difíciles y vendrán días peores, pues muchos apostatarán de la fe, se apartarán, como lo dice 1 Timoteo 4:1 y 2 Timoteo 4:3-4, se volverán a las fábulas, escucharán y creerán en las mentiras del enemigo, no identificarán el camuflaje que usa, pues no se prepararon como deberían para poder defender esos muros de protección que Dios ya había levantado en su mente y que son conforme a Su Voluntad. Que ésto no nos pase a nosotros, sigamos el consejo que nos está dando el Señor y preparémonos, pues el ladrón, el devorador está buscando a quien devorar: “Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa.” (Mateo 24:43).     Oración.

«Padre, me estás entrenando para estar enteramente preparada, para contrarrestar con la luz de tu Palabra, todas esas mentiras que el enemigo camufla y que usa en mi contra para hacerme intentar caer y derribar aquellos muros de protección que has levantado en mi mente y que son conforme a Tu buena, perfecta y agradable Voluntad. Ayúdame Espíritu Santo de Dios, guíame y recuérdame en todo momento la Palabra del Señor, fortaléceme y no permitas que perezca. Te lo pido en el Nombre de Jesús. Amén.

jueves, 23 de octubre de 2025

Antorcha que arde y alumbra

 


Antorcha que arde y alumbra

“Si yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. Otro es el que da testimonio acerca de mí, y sé que el testimonio que da de mí es verdadero. Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él dio testimonio de la verdad. Pero yo no recibo testimonio de hombre alguno; más digo esto, para que vosotros seáis salvos. Él era antorcha que ardía y alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz”. Juan 5:31-35

Uno de los temas que más menciona Juan en su evangelio es “el testimonio” y por eso destaca el elogio que da Jesús a Juan Bautista cuando lo compara con una antorcha que ardía e iluminaba. Juan tenía ardor porque su mensaje no era algo frío que venía de su intelecto, sino un mensaje ardiente de un corazón encendido por Dios. Juan tenía luz, su función era guiar a la gente al arrepentimiento y hacia el Señor. Y así como la lámpara se va agotando, porque al dar luz se consume a sí misma, Juan iba disminuyendo mientras Jesús iba aumentando. El verdadero testigo se consume por Dios y Juan lo sabía, por eso dijo en Juan 3:30 “Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe”.

Haciendo este elogio, Jesús estaba acusando a los judíos porque estaban dispuestos a complacerse con Juan mientras él dijera lo que ellos esperaban, pero cuando no lo hizo lo rechazaron. Igualmente pasa con mucha gente que escucha la palabra de Dios, la acepta mientras esta no los confronte con sus errores.

Juan dio testimonio de la Verdad que era Jesús y solo buscaba que las personas se arrepintieran y se acercaran a Él. Jesús mismo era la luz, pero Juan prendió su lámpara a la luz de aquel que lo alumbraba todo.

Juan Bautista era un hombre de Dios con una misión: preparar el camino del Señor; pero fue menguando ante los ojos de todos para que Jesús fuera creciendo ante ellos. Y esto es precisamente lo que Dios espera de nosotros para que seamos verdaderas antorchas que alumbren este mundo, que mengüemos para que Él crezca y sea su luz la que ilumine a los hombres.

Hermosas palabras las de Jesús para Juan: “Él era antorcha que ardía y alumbraba”. Sería maravilloso que el Señor pudiera decir de nosotros lo mismo, porque deberíamos ser antorchas que no dejen de arder para que demos testimonio de su amor y su verdad. Mateo 5:14-16 dice “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”.

¿Qué estamos haciendo para ser luz del mundo? Recordemos Filipenses 2:15 “para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo”. No solo deberíamos alumbrar, sino arder dejando ver la llama del evangelio en nosotros, esa luz que desvanece las tinieblas, que saca a flote el pecado y lleva al arrepentimiento.   Oración.

«Padre Eterno, gracias por sacarme de las tinieblas y trasladarme al reino de tu Amado Hijo. Ayúdame a entender mi misión en este mundo, la de ser antorcha que arda y alumbre la vida de otros; deseo ser esa luz que Tú dices que soy y aprovechar cada oportunidad que me das de testificar de ti. En el nombre de Jesús, Amén.  

miércoles, 22 de octubre de 2025

Rodeados por el enemigo vs. Rodeados por Dios

 


Rodeados por el enemigo vs. Rodeados por Dios.

“Tenía el rey de Siria guerra contra Israel,… Entonces envió el rey allá gente de a caballo, y carros, y un gran ejército, los cuales vinieron de noche, y sitiaron la ciudad.” 2 Reyes 6:8a, 14

“Detrás y delante me rodeaste, Y sobre mí pusiste tu mano.” Salmos 139:5

La tercera estrategia más utilizada por el enemigo, para derribar los muros de protección que Dios ha levantado en nuestra mente y que son conforme a Su Voluntad, está en: rodear; tal como lo hacen las leonas cuando quieren cazar su presa, y con este ejemplo trataremos de hacer visible lo que el enemigo intenta hacer con nosotros espiritualmente. Cuando las leonas quieren cenar utilizan diversas estrategias para poder cazar, dos de ellas ya las hemos visto, dispersar a la presa de la manada (dividir) y cansar a la presa, pero éstas dos no serían eficientes sin una tercera: rodear a su presa al punto de acorralarla. Si estas estrategias surten su efecto, la cacería será exitosa, pero si no, habrá que intentarlo nuevamente en otro momento hasta que se logre el objetivo, cenar. Como vemos este es un hecho que no está alejado de nuestra realidad espiritual, pues las mismas estrategias las utiliza el devorador contra nosotros los creyentes, miremos un ejemplo: Cuando el rey de Siria quiso ir contra el pueblo de Israel, ¿Qué estrategia utilizó? Sitiar la Ciudad, en otras palabras, rodearlos (2 Reyes 6:14).

Hay situaciones difíciles o batallas en nuestra vida diaria que nos hacen sentir como si estuviéramos rodeados, tal como le pasó al pueblo de Israel y ésto me hace pensar que el problema no está en el hecho de que el enemigo nos rodee, sino más bien en quién tenemos puesto nuestro enfoque. Cuando tú y yo creemos en las mentiras que el enemigo nos presenta, se nubla nuestra vista, nuestro entendimiento, tal como le pasó al siervo de Eliseo, quien al verse rodeado por el ejército de Siria y al poner su mirada solo en ésto, su corazón se desvaneció, por eso le vemos expresando en 2 Reyes 6:15b “¡Ah, señor mío! ¿qué haremos?”. Cuando dejamos de poner nuestra mirada en el Señor para ponerla en aquellas situaciones difíciles, olvidamos una gran verdad: hay alguien Poderoso, Grande y Fuerte que también nos rodea, y ese es el Señor (Salmos 139:5-6 Efesios 3:20) y justamente en el devocional de mañana continuaremos meditando sobre ésto.    Oración.

«Señor, ayúdame para que mis ojos siempre estén puestos en tí y así no me deje amedrentar por todas esas estrategias que usa a diario el enemigo contra mí. Gracias Señor por recordarme, a través de Tu Palabra, que siempre estás conmigo, rodeándome con Tu mano Poderosa. Amén.

martes, 21 de octubre de 2025

División vs. Comunión

 


División vs. Comunión

“Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec. Y las manos de Moisés se cansaban; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de otro; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol.” Éxodo 17:11-12

Otra de las estrategias que utiliza Satanás, para tratar de derribar esos muros de protección que Dios ha levantado en nuestra mente y que son conforme a Su Voluntad, es la división; y es que el enemigo no sólo quiere cansarnos, sino que también desea que vivamos apartados, esparcidos, divididos.

Lo primero que debemos entender es que el hombre no fue creado para estar solo o apartado (Génesis 2:18), ni tampoco fue creado para estar en división, pues tenemos de manera innata necesidad de socializar o estar en comunidad, por eso la Biblia en Hechos 2:42 nos habla de comunión o koinonía (κοινωνία). Y ¿Por qué es tan importante la comunión? El libro de Éxodo nos lo muestra de manera sencilla, necesitamos estar en comunión unos con otros, en todo momento, porque necesitamos quien nos sostenga o nos ayude a levantarnos cuando al parecer, bajo nuestra propia perspectiva, no podamos continuar o salir vencedores de una batalla.

Para nadie es un secreto que la división ha sido una de las armas más poderosas que el enemigo, desde tiempo atrás, ha venido utilizando, pues recordemos que eso mismo fue lo que hizo con los discípulos del Señor: esparcirlos, “Entonces Jesús les dijo: Todos vosotros os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersadas.” (Mateo 26:31). Cuando el enemigo logra que un hogar, una comunidad, un país o una Iglesia sean divididos, es porque ya una o más personas, han permitido que se abran brechas en esos muros de protección que están rodeando nuestra mente.

Hermanos, la solución para la división está en la comunión, por ello es tan importante el no dejar de congregarnos, pues cuando permanecemos en comunión unos con otros por medio de la congregación, somos como esos carbones que sólo cuando están juntos permanecen encendidos. La comunión nos permite alentarnos, discipularnos, exhortarnos, ayudarnos, incluso, sostenernos las manos cuando estamos cansados y sentimos que no podemos más. Las Escrituras son muy claras cuando nos dicen que debemos estar unidos en comunión: “Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo? Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán;” (Eclesiastés 4:9-12a)

Hermanos, ¿Qué estamos haciendo para no permitir que en nuestras familias, Iglesias, nación y demás, se vea reflejada la división? Si no estamos haciendo algo al respecto es tiempo de comenzar fomentando la comunión.    Oración.

«Padre, gracias te doy porque cuando mis manos han estado cansadas ha habido alguien a mi lado para levantarlas, pues entiendo que sola no habría podido avanzar. Gracias porque sé que has usado a mis hermanos en la fe como instrumento para sentir Tu compañía y escuchar Tu Palabra. Amén.

lunes, 20 de octubre de 2025

 


Andar en el Espíritu

“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.” 1 Corintios 2:14

Cuando la Biblia nos dice que las cosas que son de Dios solo se pueden entender a través de la revelación del Espíritu Santo, es porque solo Él conoce las cosas de Dios (1 Corintios 2:11) y nosotros, los que hemos creído en Cristo y su palabra de verdad, sabemos que el Espíritu Santo está en nosotros, por eso nuestra seguridad y confianza debe ser total en lo que Dios dice en su Palabra para nuestra vida.

La palabra de Dios en Gálatas 5:16 dice: “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.” Una de las muestras de que hemos recibido al Espíritu Santo es que comienza una guerra entre mi carne y Él, una batalla entre confiar en los deseos e impulsos de la carne o dejarme guiar por su Presencia; pues, una vez que nosotros hemos creído en Cristo somos bautizados por el Espíritu Santo en Cristo, y dice la palabra de Dios que hemos sido bautizados en su muerte, lo que para nosotros significa que hemos muerto o ha sido crucificado juntamente con Cristo nuestro viejo hombre, para que ahora en el presente, así como Cristo resucitó de los muertos y vive para Dios, nosotros también nos consideremos muertos al pecado pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro; (Romanos 6:3-11).

La frase “muertos al pecado, pero vivos para Dios” quiere decir que ahora nosotros podemos y debemos por la fe en Cristo, andar en vida nueva, una vida guiada por el Espíritu Santo, en la cual no reine el pecado, es decir, no lo obedezcamos y tampoco ofrezcamos los miembros de nuestro cuerpo como instrumentos de mal para servirle, sino que, por el contrario, nos entreguemos a Dios y usemos todo nuestro cuerpo como instrumento para hacer lo que es correcto (Romanos 6:12-13).  Oración.

«Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, en este día te alabo, te doy gracias, bendigo tu poderoso nombre y me rindo a tus pies para pedirte que hagas tu voluntad en mi vida, que intervengas en cada aspecto y endereces mis pasos; Padre, que sea tu Santo Espíritu el que tome el control de mi caminar para que así pueda entender y vivir cada una tus verdades para mí. Gracias, en el nombre de Cristo Jesús. Amén.  

domingo, 19 de octubre de 2025

Cansancio vs. Descanso.

 


Cansancio vs. Descanso.

“Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada. Porque los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida a sus lomos, y así edificaban;” Nehemías 4:17-18a

“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;” Mateo 11:29

Como vemos en el libro de Nehemías, una de las estrategias que utiliza el enemigo para intentar debilitar nuestros muros de protección y tratar de evitar que se sigan edificando en nosotros, es el cansancio. ¿Te ha pasado? Estás con la motivación de tener tu tiempo de devocional, de meditar con calma en la Palabra, de orar, o de realizar alguna reflexión con base a una porción bíblica que meditaste, y de repente, surgen otras cosas qué hacer: con tu esposo (a), con tus hijos, con tus padres, en el trabajo, o quizás situaciones difíciles qué enfrentar: daños de último momento, diferencias con tus seres queridos que terminan en discusiones, etc. Creo que cuando experimentamos esto logramos entender lo que vivió el pueblo de Jerusalén, con una mano queremos seguir edificando esos muros para Dios, pero con la otra, debemos cumplir con otras obligaciones que al parecer no dan espera. Tal trabajo, que cuando lo intentamos llevar en nuestras propias fuerzas o capacidad, resulta imposible de sostener o de llevar, pues se convierte en una carga tan pesada que al final logra debilitarnos, cansarnos: en lo físico, lo emocional y hasta lo espiritual; cuando nos dejamos gobernar por el cansancio terminamos desmayando, y si en esta pelea continuamos así, le terminaremos diciendo al enemigo: “me rindo, no puedo más”, y cuando el enemigo logre esto nos atacará y devorará. Pero, Gloria a Dios por Jesucristo pues Él mismo es quien nos revela 2 cosas importantes que nos servirán para contrarrestar el cansancio, la primera está en Mateo 11:29 y la segunda  se encuentra en Zacarías 4:6b.

El evangelio de Mateo nos habla sobre: “llevar el yugo del Señor sobre nosotros” y para entenderlo mejor debemos comprender que el yugo es un instrumento de madera que se utiliza para juntar, atar o sujetar las mulas, los bueyes u otras bestias, por el cuello, al pértigo del carro o el timón del arado, con el fin de encaminar hacia el mismo lado dos animales. Como vemos, lo que el Señor nos muestra en esta alegoría es que dicho yugo que es Su Santo Espíritu, aquél que nos une a Cristo y que está en nosotros, cumple una función muy importante: encaminarnos hacia el mismo lado que va el Señor. Cuando permitimos que ese yugo, el Espíritu Santo, cumpla su función en nosotros, resultará más fácil llevar una carga, o incluso, desarrollar cualquier actividad, pues cuando permanecemos en la comunión del Espíritu, Él nos conducirá hacia la mansedumbre y la humildad, dos cualidades de Cristo que son necesarias para llevar sobre nosotros el yugo de Jesús, y que se reflejarán en nuestras vidas por medio de la fe, para así podernos someter o sujetar a la buena, perfecta y agradable Voluntad de Dios. Cuando nos sometemos al Señor permitimos que Cristo, quien dirige nuestras vidas, cumpla Su función en nosotros, vivir (Gálatas 2:20). El resultado de sujetarnos a ese yugo será el DESCANSO para nuestras almas (pensamientos, emociones y voluntad).

Hermanos, para contrarrestar ese cansancio, que es una de las estrategias que el enemigo está utilizando para debilitarnos, se requiere llevar el yugo de Cristo. Si esto no lo estamos haciendo, a partir de hoy permitámosle a Cristo que viva y pelee nuestras batallas, como lo dice Zacarías 4:6b,en lo cual meditaremos.   Oración.

«Padre, mi alma se encuentra cansada. Me presento ante ti, por medio de la Sangre de Tu Hijo Jesucristo, esperando hallar el descanso que necesita mi alma. En este día dejo delante de tu trono toda esta carga, y a cambio, pongo sobre mí ese yugo de Tu Hijo Jesús que es el único que me permitirá experimentar el reposo, el descanso que necesita mi alma. Amén.

sábado, 18 de octubre de 2025

Amor al dinero

 


Amor al dinero

“Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.” Mateo 19:21-24

El amor al dinero es un sentimiento de confianza desbordado por las posesiones materiales, que imposibilita a una persona para servir verdaderamente a Dios, puesto que confían más en ellas que en Dios. Y esto es lo que le sucedió al joven rico cuando el Señor le pidió vender todo lo que tenía, darlo a los pobres y seguirlo a Él; su reacción inmediata fue entristecerse y no creer o confiar en lo que Jesús le decía. Es sorprendente ver la increíble y maravillosa promesa del Señor para él, pues le dijo “Tendrás tesoro en el cielo”, pero el amor de este joven por sus riquezas le imposibilitó servir a Dios y entender aquello tan grande que el Señor le estaba prometiendo.

Lo mismo sucede hoy en día, la vanagloria de tener riquezas y el amor a ellas no nos permite servir a Dios a través de estas, puesto que nos impide tres cosas:

En primer lugar, amar a Dios con todo nuestro corazón, alma y mente, como lo dice su gran mandamiento en Mateo 22:37-38.

Segundo, reconocerlo como nuestro Dios proveedor, ya que de Él son y provienen las riquezas, la gloria, la fuerza y el poder (1 Crónicas 29:12).

Tercero, dar con generosidad y alegría, porque para esto el Señor nos ha enriquecido (2 Corintios 9:11).

Por esto es que el Señor nos quiere recordar su exhortación con respecto a este tema, dice su Palabra en 1 Timoteo 6:17 “A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos.   Oración.

«Padre, que la abundancia de tus bendiciones no produzca en mí vanagloria, altivez y amor a ellas; te pido por la gracia de Jesucristo que guardes mi corazón y me permitas en todo tiempo reconocerte como mi Dios proveedor, que me enriquece en todo para disfrutar y compartir. Gracias Señor por tu amor y generosidad, Amén.  

viernes, 17 de octubre de 2025

El Señor es mi Pastor

 

El Señor es mi Pastor


“Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días”. Salmos 23:1-6

Este es uno de los salmos favoritos de los creyentes de todos los tiempos, porque en él encontramos aliento y confianza en Dios para afrontar cualquier situación de la vida. Aquí también vemos la figura de Cristo como “el buen pastor”, exaltada varias veces en el Nuevo testamento; como en Juan 10:11 “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas” y en 1 Pedro 2:25 “Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas”.

Este salmo tiene una relación con el salmo anterior y el que sigue. Ya que en el salmo 22:1;7-8;14-18 vemos al salmista profetizando detalles del sufrimiento y crucifixión del Señor Jesucristo que se narran en los evangelios y en el salmo 24 se describe la gloria que tendría nuestro Salvador tras su muerte en la cruz, siendo exaltado como el Rey de gloria. “Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el Rey de gloria”, Salmo 24:9

Este salmo que está en medio de los dos, muestra la experiencia cristiana al recibir todos los beneficios del sacrificio redentor y la promesa de que participaremos de su gloria eterna. Jesús mismo dijo que las Escrituras daban testimonio de Él, como dice Lucas 24:44 “Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos”.

Debemos pedirle al Espíritu Santo, que nos abra el entendimiento para comprender su Palabra y saber que desde Génesis hasta Apocalipsis aparece revelada la figura de Cristo como el Rey Redentor, el Dios Salvador, y que esto nos lleve a ser agradecidos, porque en Él se han cumplido todas las promesas hechas por nuestro Padre Celestial.

Este salmo se centra en dos metáforas: el pastor (salmo 23:1-4) y el anfitrión (Salmo 23:5-6), pero también muestra las etapas de nuestra vida cristiana donde toda necesidad espiritual, emocional y física es suplida por nuestro Pastor; el paso por “el valle de sombra de muerte” donde el Señor nos brinda su compañía y nos libra del temor en nuestro caminar por este mundo; y finalmente el disfrute de la eternidad con Él donde todo será culminado para la gloria y honra de su Nombre por los siglos de los siglos.    Oración.

«Así como el Rey David autor de este salmo, quiero decirte que eres mi Pastor y nada me faltará, porque contigo lo tengo todo. Soy oveja de tu rebaño y me siento cuidado por ti. Gracias porque me ves, me conoces y me amas, por protegerme, por alimentarme, por guiarme a manantiales de agua viva. Gracias por dar tu vida por mí en esa cruz, por ungirme con la presencia de tu Santo Espíritu y porque me guiarás todos los días de mi vida hasta la eternidad, amén.

jueves, 16 de octubre de 2025

Muros mentales.

 


Muros mentales.

“Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra. Rodearéis, pues, la ciudad todos los hombres de guerra, yendo alrededor de la ciudad una vez; y esto haréis durante seis días. Y siete sacerdotes llevarán siete bocinas de cuernos de carnero delante del arca; y al séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las bocinas. Y cuando toquen prolongadamente el cuerno de carnero, así que oigáis el sonido de la bocina, todo el pueblo gritará a gran voz, y el muro de la ciudad caerá;” Josué 6:2-5a

Jericó era una ciudad amurallada, podríamos insinuar incluso que era toda una fortaleza, sus muros fueron levantados por aquella ciudad con el fin de buscar protección y evitar que sus enemigos pudieran entrar fácilmente a invadir o saquear la ciudad. Cuando pensé en ésto, y en relación con los devocionales anteriores, el Señor me hizo reflexionar sobre cómo nosotros mismos durante el transcurso de nuestras vidas también levantamos una especie de murallas con el fin de “protegernos”, específicamente dichos muros, murallas o fortalezas las terminamos levantando en nuestra mente, y están ahí radicadas por experiencias que tuvimos (y que quizá no queremos volver a permitir que nos sucedan), o por cosas que nos han enseñado en nuestra familia, estudio o el mundo en general. El problema de levantar estos muros bajo nuestra perspectiva es que cuando llegamos a la vida Cristiana nos encontramos que esos muros mentales, en vez de protegernos nos están afectando, pues aquellos muros mentales (pensamientos) que levantamos bajo lo que dictamina nuestro “yo”, la carne, están llenos de altivez y están en nuestra mente: ocupando espacio en ella, llevando a la ruina nuestras vidas y levantados con el propósito de estar constantemente en contra de la voluntad de Dios (2 Corintios 10:5, Génesis 6:5, Marcos 7:21-23), por eso creo que el Señor lo que quiere enseñarnos a través de este devocional es que, hay fortalezas o muros, como los de Jericó, que en nuestras mentes deben ser derrumbados. En pocas palabras, lo que Dios quiere hacer en la vida de nosotros los creyentes es que desaprendamos lo aprendido, para aprender a reaprender la Palabra de Dios, y este concepto está muy ligado con lo que nos dice Romanos 12:2 “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”.

Hermanos, para derribar esos muros mentales guiados por el “yo” es necesario que haya una transformación, ¿En dónde? En nuestra mente, en pocas palabras lo que tú y yo debemos permitir que haga el Espíritu Santo en nuestras vidas es un cambio, una renovación en nuestra manera de pensar, para posterior a ello levantar muros, murallas y/o fortalezas pero conforme a la voluntad de Dios,    Oración.

«Padre, día tras día me has permitido conocer la Verdad, a Cristo mismo revelado en las Escrituras, y es gracias a Él y el obrar de Tu Santo Espíritu que hoy puedo experimentar lo que significa la libertad. Quita de mí Oh Dios todas esas murallas mentales que con el tiempo he construido y permíteme experimentar lo que es tener la mente de Cristo. Amén.

miércoles, 15 de octubre de 2025

Hombre fuerte

 


Hombre fuerte

“Ninguno puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si antes no le ata, y entonces podrá saquear su casa.” Marcos 3:27

“Cuando el hombre fuerte armado guarda su palacio, en paz está lo que posee. Pero cuando viene otro más fuerte que él y le vence, le quita todas sus armas en que confiaba, y reparte el botín.” Lucas 11:21-22

Cuando hablamos de que debemos ser como aquél hombre fuerte que describe el evangelio de Marcos, no estamos refiriéndonos a una fuerza que provenga de nuestra propia capacidad, sino más bien a la fuerza que nos otorga el Señor. Y es que justamente eso es lo que nos explica el evangelio de Lucas cuando manifiesta que: “el hombre fuerte armado guarda su palacio”, el evangelista utiliza aquí la palabra griega kadsoplízo (καθοπλίζω) y con ésta nos indica que se puede decir que aquél hombre es fuerte porque ha sido equipado completamente con una armadura, ¿Con qué tipo de armadura? Con la armadura de Dios (Efesios 6:10-18). De la misma manera que aquél hombre fuerte (que describe la biblia) ha sido equipado con una armadura, tú y yo también lo hemos sido, pues es necesaria esta armadura para poder resistir en el día malo y estar firmes contra las asechanzas del diablo, aquellas que quieren que en nuestra mente hayan ataduras, que como lo mencionamos en el día de ayer, son tan sólo mentiras, pensamientos errados que hemos dejado arraigar en ella y que al no quererlos soltar nos debilitan y terminamos abriendo brechas para ser saqueados, y lo peor, ser usados como instrumentos de división, en nuestro hogar, comunidad o el mundo en general.

Hermanos, a las ataduras, la Biblia las compara con el lazo de un cazador, y el enemigo las está utilizando para que al ser atados podamos ser presa fácil para ser devorados, no sólo nosotros, sino también nuestras familias, nuestro entorno en general. La buena noticia es que el Señor a través del Salmo 91:3a nos revela que es Él mismo quien nos libra del lazo del cazador pues Él es el único que puede llevarnos a entender, por medio de la comunión de Su Santo Espíritu, cuáles son esas ataduras que tenemos en nuestra mente y que debemos derribar y llevar cautivas a la cruz, pues se están levantando en contra de la Verdad de Jesucristo (2 Corintios 10:5). Cuando entendemos ésto y nos aferramos a Su Palabra encontramos fortaleza, pues la fe en Su palabra es lo único que nos permitirá apagar todos esos dardos del enemigo, pues Su Verdad es escudo y adarga (Salmos 91:4b).  Oración.

«Padre, gracias por darnos una armadura completa para que como dices en Tu Palabra podamos apagar todos esos dardos que continuamente el enemigo nos lanza con la finalidad de atar nuestros pensamientos para destruirnos. Gracias por revelarnos Tu Palabra pues tú dices en ella que conoceremos la Verdad, Cristo, y la Verdad nos hará libres. Amén.

martes, 14 de octubre de 2025

Libres de ataduras

 


Libres de ataduras

“Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer. Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer. Y si Satanás se levanta contra sí mismo, y se divide, no puede permanecer, sino que ha llegado su fin. Ninguno puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si antes no le ata, y entonces podrá saquear su casa.” Marcos 3:24-27

Jesús nos revela en el evangelio de Marcos el actuar del enemigo, la división, pues el enemigo sabe que si logra dividir: un país, una nación, un hogar (que no está fuerte) será más fácil lograr su objetivo: Robar, matar y destruir (Juan 10:10).

Adicionalmente el Señor nos enseña dos cosas importantes: La primera, si no estamos preparados y fortalecidos seremos presa fácil para el devorador; y la segunda, si creemos que somos como aquél hombre fuerte que describe el pasaje de hoy (que para ser hurtado necesita ser atado), Satanás está buscando la manera de lograrlo, pues su objetivo es atarnos para luego saquearnos, robarnos, por eso Jesús nos indica la importancia de estar siempre preparados.

Cuando leí este pasaje quedé impactado pues pensé: ¿qué es lo que el enemigo quiere atar en la vida del creyente, para así luego poder saquearnos? La respuesta que el Espíritu Santo me reveló fue: Nuestros pensamientos, pues bien hemos oído que un pensamiento se convierte en un sentir, y un sentir termina reflejándose en un actuar. Por eso vemos desde el inicio de la creación a Satanás tratando de “atar nuestra mente” con pensamientos totalmente contrarios a los de Dios: “Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.” Génesis 3:4-5. El resultado de dejar “atar nuestra mente” con mentiras disfrazadas de verdades, fue permitirle a Satanás que saqueara nuestras vidas, pues al Eva dejarse seducir por esta mentira y dejarla anidar en su mente como una verdad, terminó siendo instrumento en las manos del enemigo para conducir a Adán a que también desobedeciera a Dios, lo que dió como resultado que entrara el pecado a saquear la vida del hombre. Hoy en día vemos que el modus operandi del enemigo sigue siendo el mismo, dividir y levantar nación contra nación, reino contra reino, familia contra familia, hermano contra hermano (Mateo 24:7a), pues bien dice un dicho popular: “divide y reinarás”.

Hermanos el Señor nos está revelando las estrategias y artimañas que usa el enemigo para acabar y derribar nuestras vidas en general: atar nuestros pensamientos, pero también nos está revelando la clave en el versículo 27 para que ninguno de nosotros perezca y caiga: “NINGUNO PUEDE ENTRAR EN LA CASA DE UN HOMBRE FUERTE”. El Señor nos está alertando sobre las mentiras usadas por el enemigo para destruir nuestras vidas y depende ahora de nosotros tomar las precauciones necesarias para no caer en ellas, pues si ignoramos esta realidad seremos como aquél hombre simple que sigue adelante, como quien está a ciegas, y sufre después las consecuencias (Proverbios 27:12)

¿Queremos aprender a ser como aquél hombre fuerte que no se deja saquear? Espera el devocional de mañana.   Oración.

«Señor, ¡Cuánta verdad nos revelas a diario en Tu Palabra! Gracias por alertarnos y mostrarnos las estrategias que el enemigo utiliza a diario para destruir nuestras vidas, pero sobre todo gracias, porque en Tu Palabra descubrimos que Tú has vencido y que has venido a nosotros para que tengamos vida en abundancia. Amén.

lunes, 13 de octubre de 2025

Obediencia a la fe

 


Obediencia a la fe

“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.” Romanos 1:17

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” Hebreos 11:6

El favor inmerecido de Dios, sus dones y nuestra prosperidad y bienestar integral, solemos creer, en nuestra mente, que los debemos ganar, sin embargo, todo lo que la Escritura dice que debemos hacer para poderlos ver y disfrutar en nuestra vida es, crecer en el conocimiento de Dios y de su Hijo Jesucristo (2 Pedro 1:2-3).

Crecer en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús nos llevará a entender, por la revelación del Espíritu Santo, que todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad, nos han sido dadas en la eternidad de Dios, por su infinito amor y la gracia de Jesucristo, pues como revela Gálatas 1:3-4, Jesús se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo y lo hizo porque así es la voluntad del Padre.

Ahora bien, la base del conocimiento que de Dios debemos tener, es la que el Espíritu nos revela en el libro de Romanos 1:17 cuando dice “Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.” La justicia de Dios nos es declarada en Romanos 5:1 y 2 Corintios 5:21, expresándonos que Jesucristo fue por nosotros hecho pecado para que nosotros fuésemos declarados justos delante del Padre y, justificados por la fe, disfrutemos de la paz con Dios.

Hermanos, los que hemos sido justificados por medio de la fe, vivimos por fe; no vivimos por obras, sino que nos sostiene y nos bendice la obra que Dios el Padre, su Hijo Jesucristo y su Santo Espíritu han hecho, hacen y harán por nosotros eternamente. De manera que, si anhelamos en nuestra vida experimentar toda la bondad, amor y plenitud del Señor, no hay otro camino más que crecer en su conocimiento siendo obedientes a la fe.    Oración.

«Padre, gracias por la gracia de tu Hijo Jesucristo, tu amor y la comunión de tu Santo Espíritu, es todo lo que necesito y de lo que dependo para disfrutar de una vida en victoria y bendición; gracias Señor porque nos lo revelas por medio de la fe, permítenos en ella permanecer y a la fe obedecer, amén.

domingo, 12 de octubre de 2025

Bienaventurados

 


Bienaventurados

“Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.” Mateo 5:4

Hoy me encontré con este pasaje y me pregunté: ¿Cómo es que alguien puede ser bienaventurado al llorar? y es que si estamos llorando es porque lo que estamos enfrentando nos genera algún tipo de dolor, ya sea físico o emocional. Lastimosamente muchos de nosotros usamos este pasaje en momentos que creemos “oportunos” pero creo que ni siquiera logramos entender a profundidad lo que el Señor nos quiere decir con él; imaginémonos diciéndole: “bienaventurada eres tú que lloras” a una mujer que está con dolores de parto, o a alguien que tiene cualquier otro dolor fuerte en alguno de sus miembros del cuerpo, y les aseguro que nos ganaremos un regaño o un problema, pues el dolor que experimentan en esos momentos, y que les lleva a que lo expresen en llanto, es tan fuerte que ni siquiera lograrían tolerar una palabra como ésta que al parecer no tiene sentido. Entonces, ¿Por qué el Señor nos dice que le podemos expresar a alguien que está llorando, que es bienaventurado?

Para entenderlo mejor comenzaremos definiendo la palabra: Bienaventurados. La palabra griega que se utiliza para “bienaventurados” es: makários (μακάριος) y significa: Supremamente bendecido, afortunado, dichoso, glorioso. Ahora bien, si tú y yo podemos expresarle a alguien que está llorando que es Bienaventurado, no es por el dolor que está enfrentando, sino, como termina diciendo el pasaje principal del día de hoy, por la CONSOLACIÓN que recibirá. Y es que la palabra griega que se usa para consolación es: parakaléo (παρακαλέω) y significa: llamar, invocar, implorar. En resumidas cuentas lo que podemos entender con este pasaje es que, cuando pasamos por circunstancias difíciles que nos llenan de dolor y nos hacen expresarlo en llanto, podemos: clamar, orar, invocar a Dios, y lo que nos debe llenar de gozo y nos hace: Supremamente bendecidos, dichosos y gloriosos (en esa difícil situación) es que encontraremos: consuelo, ánimo y aliento en el Señor; como lo expresó David en el Salmo 34:6, cuando al encontrarse en una circunstancia difícil declaró: “Este pobre clamó, y le oyó Jehová, Y lo libró de todas sus angustias.” Sin duda alguna, aquí David experimentó lo que significaba ser Bienaventurado.

Hermanos, cada vez que le digamos a alguien que es “Bienaventurado” recordemos que lo somos, no porque lloremos, sino por la consolación que recibiremos; el apropiarnos de esa Verdad hará que toda situación difícil y que causa dolor, se perciba y se vea desde una perspectiva diferente (Salmos 27:13)      Oración.

«Padre, gracias por tu Palabra y por darnos revelación para conocer todo lo que en ella está escrito, pues sabemos que sin ti nada podríamos entender o llegar a aplicar en nuestras vidas. Amén.

sábado, 11 de octubre de 2025

Pueblo Santo y Redimido

 


Pueblo Santo y Redimido

“Y les llamarán Pueblo Santo, Redimidos de Jehová; y a ti te llamarán Ciudad Deseada, no desamparada.” Isaías 62:12

¿Cuántos de nosotros hoy en día estamos necesitando recordar esta gran Verdad, de que sólo por gracia, somos Pueblo Santo y Redimidos de Jehová? Cuán hermoso es levantarnos y encontrarnos con este pasaje y recordar lo que ha hecho el Señor en nosotros y cómo no nos ha desechado ni desamparado, pues cuántos de nosotros quizás a lo largo de nuestra vida llegamos a experimentar rechazo y abandono por nuestros padres, familiares, amigos o por el mundo en general, pero el hecho de ver cómo la Palabra nos asegura que quien nunca nos abandonará es Dios, eso nos da valor, seguridad y nuevas fuerzas. Miremos algunos pasajes adicionales que nos confirman ésta verdad:

Isaías 49:15 “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.” En otra versión de éste mismo pasaje dice: “¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho? ¿Puede no sentir amor por el niño al que dio a luz? Pero aun si eso fuera posible, yo no los olvidaría a ustedes.”

Salmos 27:10 “Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá.”, en otras palabras quiere decir que “Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me mantendrá cerca.”

Isaías 41:9-10 “Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí, y no te deseché. No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.”

Por ésto y más ¿cómo no alabar y glorificar a Dios? Él ha sido bueno, fiel, misericordioso y amoroso así que finalicemos este tiempo de devocional exaltando Su Grandeza y diciéndole gracias Padre por redimirme y hacerme parte de Tu pueblo.     Oración.

«Señor Jesús, gracias por permitirme conocerte y por nunca dejar de tocar a la puerta de mi corazón, desde que te recibí mi vida cambió pues llegaste a llenarme con Tu amor inagotable. Amén.