miércoles, 6 de agosto de 2025

Jesús es mi Roca

 


Jesús es mi Roca

“Alma mía, en Dios solamente reposa, porque de él es mi esperanza. Él solamente es mi roca y mi salvación. Es mi refugio, no resbalaré. En Dios está mi salvación y mi gloria; en Dios está mi roca fuerte, y mi refugio. Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; derramad delante de él vuestro corazón; Dios es nuestro refugio”. Salmo 62:5-8

En este salmo encontramos frases como: “en Dios solamente descansa mi alma”, “solamente Él es mi roca y mi salvación”, “Él es mi refugio”, “esperad en Él todo el tiempo”…etc. Un salmo escrito en tiempos de prueba por David a Jedutún uno de los músicos principales que dirigía la orquesta y el coro para que lo interpretara.

Este salmo muestra una fe extraordinaria en momentos en que la vida de David estaba en manos de Dios y en vez de seguir las voces que le decían que permaneciera en Jerusalén decidió retirarse para dejar actuar al Dios vivo. Una retirada que traería la victoria porque se aferró plenamente a Dios. No estaba desertando, estaba haciéndose a un lado para que Dios actuara en esta situación tan oscura, cuando fue traicionado por su hijo Absalón y perseguido.

David había podido vengarse de los que lo perseguían, pero no lo hizo. Aquí tenemos un ejemplo de lo que la Biblia quiso decir en Romanos 12:19 “Mía es la venganza, yo pagaré dice el Señor”. La respuesta de David nos muestra que el mejor momento para confiar en Dios es en las crisis de la vida. Era un tiempo de fe a pesar de la adversidad. David estaba orando y deseando que ocurriera lo que Dios considerara mejor. La vida y acciones de David estaban controladas por la expectativa de la oración, fue la energía que lo sostuvo e impulsó porque creyó que Dios era su Roca firme.

Cristo dijo en Mateo 21:44 “Y el que cayere sobre esta piedra será quebrantado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzará”, haciendo alusión a que Él sería esa piedra, esa Roca, fundamento en el que confiaríamos, porque nadie puede poner otro fundamento que el que ya está puesto, el cual es Jesucristo. ¿Estás apoyado sobre esa Roca?

Es un salmo sencillo que revela una fe sencilla. Surgió del sufrimiento más intenso de la vida de David y nos sirve a nosotros para aprender que en los momentos de oscuridad y prueba, no debemos dejar que la derrota, el desaliento, el temor, la angustia, ni del rencor ni la amargura invadan nuestra vida.  Oración.

«Señor Jesús, tú eres la Roca que jamás será removida, enséñame a mirarte y a refugiarme en ti, porque sólo tú tienes el poder para hacer todo lo que quieres. Cuida mi alma para no llenarme de rencor y venganza por el mal que otros intenten contra mí y guíame a ver tu mano poderosa moviéndose en medio de los tiempos más oscuros. Amén. 

martes, 5 de agosto de 2025

La fuente de la eterna juventud.

 


La fuente de la eterna juventud.

“El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.”, Juan 7:38-39

“Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.” Romanos 8:11

El ser humano anhela encontrar la fuente de la eterna juventud, mucho se ha escrito sobre el tema y se ha presentado en películas e historias. ¿Quién no desea nunca envejecer y nunca enfermarse, verse la piel joven, sin canas, sin calvicie prematura y sin las dificultades propias de la edad?; es un sueño para el ser humano, tanto, que se ofrecen miles de productos de belleza con la idea implícita de recuperar la juventud perdida.

Sin embargo esto no es más que la expresión de la frustración por el inevitable envejecimiento y muerte física que todos experimentaremos.

Este choque de realidad nos lleva a pensar acerca de las limitaciones del ser humano y su finita existencia física, Dios ha delimitado los tiempos pero también nos ha dado una esperanza cierta en Cristo Jesús: “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.” (Romanos 8:11).

El contexto del anterior pasaje es que a pesar de que nuestros cuerpos mortales sufren corrupción por la muerte heredada de Adán, seremos resucitados por ese mismo Espíritu, el mismo que resucitó a Cristo de los muertos, para gozar de la plenitud de la eterna juventud en Cristo Jesús. (Romanos 5:12, Romanos 8:10)

No se trata entonces de que el viejo hombre sea mejorado o reformado sino que mientras esperamos el cumplimiento de esta promesa de la transformación de nuestro cuerpo físico, el nuevo hombre que es Cristo en nosotros, sea “formado” a plenitud en el cristiano (2 Corintios 5:17, Gálatas 6:15, Gálatas 2:20, 4:19).

Que Cristo crezca en mí y se exprese plenamente, siendo la naturaleza predominante; es la fuente de renovación diaria que debe alimentar, motivar y rejuvenecer todo lo que hagamos.   Oración.

«Padre, me has dado vida nueva uniéndome a Jesús en su resurrección, mi renovación diaria es ahora hacer tu voluntad, esto es mi sanidad y mi restauración, porque es un propósito más allá de lo material pero evidente ahora: Cristo en mí, amando a mi prójimo Amen.

lunes, 4 de agosto de 2025

Solo tengo 5 panes y dos peces

 


Solo tengo 5 panes y dos peces

“Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él gran multitud, dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos? Pero esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer. Felipe le respondió: Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos tomase un poco. Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo: Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos? Entonces Jesús dijo: Haced recostar la gente. Y había mucha hierba en aquel lugar; y se recostaron como en número de cinco mil varones. Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían.” Juan 6:5-11

Y con solo esos 5 panes y dos peces, Jesús puede hacer que sobre y que abunde. ¿Cuáles son tus 5 panes y tus dos peces? ¿Qué tienes en tus manos? Tu carrera, tu profesión, tu negocio, o incluso no tienes nada, Él puede llenarlo y multiplicarlo todo, pero de seguro, algo tienes, al menos tu necesidad.

Se trata entonces de que dispongamos lo poco o mucho que tenemos para que, en las manos de Jesús, sea multiplicado y todos los que están a tu alrededor, tu familia, tu cónyuge, tus amigos, coman y se sacien. Por supuesto no se trata de alimento físico, sino de colocar al servicio de Cristo, todo lo que tienes y aun lo que te falta, para que Él o lo llene o lo encause para sus propósitos que son más grandes, más loables y verdaderos que los que nosotros podríamos tener y como consecuencia, estos se conviertan en verdadero alimento, verdadera bendición para los que te rodean.

La mejor disposición de nuestro corazón surge cuando nos despojamos de lo que tenemos y lo entregamos en manos de Jesús para que lo use para cumplir la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios. Hermanos, tengamos el sentir que tuvo Cristo, que se despojó así mismo para morir por nosotros en la cruz, sin mirar cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros (Filipenses 2:4-11) y empecemos desde hoy a disponer de nuestros dones, talentos y trabajo, para que Dios sea glorificado por el conocimiento de Cristo que ellos permitirán. Oración.

«Solo tengo Señor, 5 panes y dos peces, lo que me has dado, eso mismo lo entrego en tus manos para que tú lo multipliques, lo uses de acuerdo con tu voluntad y sacies del conocimiento de tu Palabra que requiere el mundo entero. Todos estamos hambrientos y sedientos de tu Palabra; que lo poco que tengo sea para que muchos te conozcan. Amén. 

domingo, 3 de agosto de 2025

Su Palabra

 


Su Palabra

“Envió su palabra, y los sanó, y los libró de su ruina.” Salmos 107:20

¿Imaginas qué sería de nosotros sin su Palabra?

Esta es una pregunta que sin duda nos lleva a reflexionar. Podemos pensar en unos cuantos versículos que hemos memorizado para respaldarla, recordar testimonios de personas donde la palabra de Dios ha transformado vidas o quizás suspirar al recordar cómo ha transformado la nuestra.

Y es que la palabra de Dios es realmente como leíamos ahora, ese poder de Dios para sanarnos y liberarnos, para salvarnos como nos complementa Romanos 1:16, el cual dice “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.” Poder, poder de Dios para salvación, algo extraordinario y en lo que Dios quiere que reflexionemos el día de hoy.

Nosotros debemos ser conscientes que tenemos a nuestro alcance y disposición el poder milagroso de Dios para la salvación de absolutamente todo aquel que lo cree. Esto debería responsabilizarnos y motivarnos a usarlo tanto como a nuestro celular, pero tristemente en ocasiones lo tomamos con pereza, como simple rutina o con poca importancia.

Te invito para que te animes a escudriñar, vivir y compartir ese gran poder que el Señor nos ha dejado, piensa en lo afortunado que has sido desde que lo conociste y corre a compartir tu fortuna inagotable con todo aquel que conozcas, bendícete y bendícelos.

Y la pregunta para cerrar ¿cuántos versículos estamos memorizando de su Palabra?

Motivémonos a memorizar su Palabra, es una poderosa forma de transformar nuestra manera de pensar.  Oración.

«Padre Dios, tu palabra es mi deleite, dulce más que miel y deseable más que oro. Te doy gracias, Señor, por permitirme acceder a ella cada día y por usarla como instrumento poderoso para revelarme a tu Hijo amado con la dirección de tu Santo Espíritu. Amén. 

sábado, 2 de agosto de 2025

Un corazón que construye puentes

 


Un corazón que construye puentes

“Y comenzaron a rogarle que se fuera de sus contornos. Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con él. Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti”, Marcos 5:17-19

“Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.”, Ezequiel 36:26

Cuando el Señor Jesús libera al endemoniado gadareno, ocurren dos cosas que contrastan el efecto que produce el evangelio: unos al ver lo sucedido, lo rechazaron y le pidieron que se fuera de esos lugares, (prefirieron seguir con sus vidas cómodas cuidando cerdos); pero el que fue liberado “le rogaba que le dejase estar con él”. En otros pasajes recordamos cómo el Señor al pedir que lo siguieran, muchos no quisieron hacerlo (Marcos 10:21-22), pero este hombre que había estado endemoniado, le rogaba estar con él; esto nos dice claramente de un hombre que verdaderamente no se quedó solo con el milagro, sino que se quedó en su corazón con el que los produce. También podemos observar este contraste cuando Jesús sana a 10 leprosos pero sólo uno regresa a dar gloria a Dios y se va con Jesús en su vida, pues él mismo le confirma “tu fe te ha salvado” (Lucas 17:17-19).

Lo anterior nos lleva a entender que la escritura da testimonio de que nadie puede decir Señor a Jesús, sino por el Espíritu, entonces la única manera de que nosotros podemos dar testimonio, es porque tenemos al Espíritu en nosotros, pues llamar a Jesús «Señor» (griego: Kyrios) significa adorarlo y someterse a Él, aceptando Su deidad y autoridad total sobre todo, incluida nuestra propia existencia. (1 Corintios 12:3)

El hombre gadareno se negó a sí mismo, para querer profundamente “estar con él”, y luego vemos cómo obedeciendo el mandato de Jesús, fue a publicar lo que el Señor había hecho con él, no le dio vergüenza compartir su testimonio. ¿Por qué a veces nos da vergüenza compartir nuestra fe?

Nosotros hemos creído en Jesús porque escuchamos el testimonio de alguien más, y por fe en Cristo, nuestro corazón ha sido cambiado, cumpliéndose Ezequiel 36:26: “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.”

Ese nuevo corazón, que tiene a Cristo, es el puente para que otros lo conozcan, pues contiene una nueva mente, la mente de Cristo. Un sentir nuevo, el sentir de Cristo y una manera de hacer radicalmente diferente: la obediencia de Cristo en mi. Así que nuestro corazón nuevo es el puente para que otros conozcan a Jesús, no tardemos en mostrarlo a otros (1 Corintios 2:16, Filipenses 2:5-8, Romanos 5:19).  Oración.

«Padre, me has colocado en Jesús por medio de la fe, unido por medio del Espíritu, me has dado un nuevo corazón para que sea visible a otros, la mente de Cristo, el sentir de Cristo y el amor en acción de Cristo, para que te conozcan de manera personal, a través de mi vida, para gloria de tu nombre, amén.

viernes, 1 de agosto de 2025

Construyendo puentes

 


Construyendo puentes

“sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”, 1 Pedro 3:15

En la escritura encontramos el testimonio de una liberación extraordinaria. Un hombre estaba poseído por una legión de demonios (una legión romana podría tener entre 4,200 y 6,000 soldados), y tiene un encuentro con Jesús, quien lo libera y envía los demonios a unos cerdos, quienes se precipitan al mar y se ahogan.

Y vienen los que apacentaban los cerdos y ven al hombre que había estado endemoniado sentado, vestido y en su juicio cabal y tuvieron miedo. El hombre le pidió a Jesús que lo dejara estar con él, como dice Marcos 5:18 “Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con él.”

Pero Jesús hace algo que nos deja intrigados, en el versículo 19 le dice “Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti.” (Marcos 5:19)

Entonces vemos cómo en el versículo 20, el hombre liberado empieza a hacer la misión encomendada: “Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban”.

Este hombre tendió puentes entre él y su comunidad para que conocieran a Jesús, a través de su testimonio personal. Pues todos habían sido testigos de un hombre que moraba en los sepulcros y que no podían amarrarlo ni aun con cadenas, pero ahora observaban a un hombre tranquilo, transformado, que hablaba de Aquel que podía liberar verdaderamente.

Pero el punto de esta historia, es saber que nosotros, luego de creer en Jesús, podemos tender puentes para que los que nos rodean conozcan a Jesús, contándoles cuán grandes cosas ha hecho el Señor con nosotros.   Oración.

«Padre, que ahora mi vida nueva en Cristo sea evidencia y el puente que comunique a otros con tu amor; que cuando conozcan la expresión del fruto de Cristo en mi vida, puedan tener un encuentro real contigo, para gloria de tu nombre, amén.

Entonces, ¿cuáles son esas grandes cosas que el Señor ha hecho por ti? Ve y cuéntales a los tuyos cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti; cuando las personas crucen ese puente encontrarán algo extraordinario: cómo por la fe se te ha otorgado gratuitamente una esperanza de vida eterna, Cristo en ti.

jueves, 31 de julio de 2025

Dios es infinitamente bueno

 


Dios es infinitamente bueno

“Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían”

Muchas personas no toman en cuenta a Dios en el momento de tomar decisiones y luego de hacer cosas que los llevaron a golpes le echan la culpa a Dios, no así sucede con aquellos que antes de emprender cualquier proyecto de vida, consultan a Dios buscando su respaldo. Oración.

Padre Nuestro que estás en los cielos, en este momento me rindo a ti y gracias te doy porque tú eres mi fortaleza en el día de la angustia; reconozco que tú eres bueno y que siempre tienes cuidado de mí, toma el lugar y el espacio que te corresponde dentro de mí, no permitas que las dificultades, las dudas los miedos me alejen de tu presencia y tu poder, Amén.