¿Cuál es el conocimiento específico de Dios?
“Felipe le dijo:
Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que
estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha
visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?”, Juan 14:8-9
“Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los
cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en
el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y
perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros
deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el
reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén”, Mateo 6:9-13
Siempre tuve un vacío en mi vida, mi papá terrenal estuvo muy
ausente de mi vida, solo tuve pocos instantes con él, fueron muy importantes,
pero siempre lo extrañé. Mi padre murió cuando yo era muy joven, y mi anhelo
desde pequeño era ver a mi papá; era doloroso para un joven extrañar a alguien,
sobre todo a su papá.
Cuando conocí de Jesús, el Señor me llenó esa ausencia,
aunque extraño aun a mi papá, pues él ya murió, ese vacío interior fue lleno
por una razón trascendental: conocí al Padre cuando recibí al Hijo, porque lo
que hizo el Padre, fue unirme a su Hijo, y la expresión viva, orgánica, vital,
de Jesús en mí, me hace sentir, pensar y vivir como hijo de Dios.
El sentir de Cristo, el pensar de Cristo, el actuar de Cristo
SOLO ES HACER LA VOLUNTAD DE SU PADRE, y yo en él, sólo quiero hacer la
voluntad de mi Padre.
Cuando abrí la puerta para entrar en Jesús, después de la
puerta, estaba el Padre esperándome y corrí a sus brazos. ¡¡Conocer a Jesús es
conocer al Padre “Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.
Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido,
Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú:
Muéstranos el Padre?”, Juan 14:8-9
Toman sentido entonces las palabras de Jesús: “En aquel día
vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en
vosotros.”, Juan 14:20.
¡Maravilloso! Es porque estamos “en” Cristo, que Dios es
nuestro Padre y se nos confiere ser hijos de Dios.
Este es el conocimiento específico de Dios, que por la fe en
Cristo nos es revelado por su Espíritu para que nuestra vida sea verdaderamente
transformada en Cristo Jesús.
¿Qué debemos hacer nosotros ahora? Recibir al Hijo para que
también podamos decir, como él “Padre nuestro.
Oración.
«Padre, expresa en mi vida, todo tu reino y toda tu gloria en
el amor que me has dado en Cristo y por el poder de tu Espíritu que se haga tu
voluntad. Permíteme conocerte de manera íntima en unión con Cristo y crecer en
el conocimiento de tu amor inigualable y eterno, amén.
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