viernes, 28 de febrero de 2025

En Cristo se responde la pregunta ¿Para dónde voy?

 


En Cristo se responde la pregunta ¿Para dónde voy?

“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.” Juan 14:1-3

“No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.” Juan 14:18

El Señor Jesucristo antes de ir a la cruz le dice a sus discípulos que no se angustien, que sí creen en Dios crean también en Él, y les hace esas declaraciones maravillosa que encontramos en Juan 14:1-3 y Juan 14:18 precisamente porque sabía el dolor por el cual pasarían a causa de su crucifixión, así que al hacer estas afirmaciones estaba buscando que sus discípulos se fortalecieran y tuvieran una esperanza.

Jesús, el creador de todo, sabe el dolor que produce la muerte, pues ésta no estaba incluida en el diseño original de Dios, el hombre no había sido diseñado para padecer la separación que trae un fallecimiento, pero lastimosamente, por causa del pecado, tuvo que experimentar esta horrible consecuencia, sin embargo, el Señor anticipándose a lo que vendría les dice a sus discípulos que no los dejaría huérfanos, pues precisamente, ese es el sentimiento que produce la muerte: una sensación de orfandad, de desamparo, de soledad, de abandono y por eso se anticipa declarándoles que iría a preparar un lugar especial para ellos en su hogar celestial, en la casa de su Padre Dios, pues donde Él estaría quería que ellos también estuvieran.

Es grandioso saber que las palabras dichas por Jesús también son para nosotros los cristianos, por lo cual podemos estar seguros, que por haber depositado nuestra fe en Cristo, igualmente Él nos ha preparado un lugar en la casa del Padre Celestial; y gracias a su obra en la cruz y a su resurrección tenemos esperanza, lo que permite que nuestra manera de pensar sea renovada para que cualquier sentimiento de orfandad sea sanado o simplemente no ingrese a nuestra vida, y así podamos comprender que al Jesucristo referirse que iba a preparar un lugar para nosotros, nos estaba indicando claramente el destino eterno de los creyentes, respondiendo así a la pregunta ¿Para dónde voy?   Oración.

«Señor Jesús, gracias porque por tu Santo Espíritu hoy tengo la revelación de ese destino eterno junto a ti en el cielo, en nuestro hogar, en la casa de nuestro Padre Dios. Amén.

jueves, 27 de febrero de 2025

Nuestra herencia está en Cristo

 


Nuestra herencia está en Cristo

“Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.” 1 Pedro 1:3-5

Romanos 8:16-17 dice “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados”. Es maravilloso comprender esta verdad porque el mismo Espíritu de Dios es quien nos hace entender que somos hijos de Dios al creer en nuestro Señor Jesucristo, y además nos revela que al ser hechos hijos de Dios por la fe, nos convertimos en herederos suyos y coherederos con Cristo, dándonos a entender que lo que es de Cristo, también es para nosotros.

Ahora bien, esta herencia que como creyentes tenemos y que como dice 1 Pedro 1:3-5 es integra, pura y eterna, se puede empezar a disfrutar desde ahora, pues el Espíritu Santo nos lleva a vivir el reino de Dios aquí en la tierra que como dice la escritura consiste en justicia, paz y gozo, unas de las tantas riquezas que como herencia recibimos.

Colosenses 3:1-4 dice: “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.” Así que hermanos, esta herencia que tenemos a diferencia de las herencias terrenales que se dan cuando alguien muere, se ha hecho efectiva gracias a la resurrección de Cristo, y si bien la disfrutaremos en su gloria total en el cielo, podemos empezar a gozar de ella aquí en la tierra, y lo más importante podemos compartirla, por lo cual la invitación es a compartir de Cristo, para que otros también puedan gozar de esta maravillosa herencia.  Oración.

«Padre Dios, gracias por ese gran amor que te llevó a adoptarme como hijo tuyo al creer en tu Hijo Jesucristo y en su obra redentora en la cruz, gracias⁰ porque aun sin merecerlo me has hecho coheredero con Cristo, llevándome a tener una esperanza viva, que me permite ver el futuro de manera optimista, llévame por el poder de tu Santo Espíritu a compartir de Cristo, para que muchos otros lleguen a disfrutar también de tu herencia. Amén.

miércoles, 26 de febrero de 2025

Cristo trae esperanza para mi futuro

 


Cristo trae esperanza para mi futuro

“De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo. La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo. También vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo. En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará.” Juan 16:20-23

Al enterarme que mi mamá había muerto de manera repentina en su viaje de vacaciones, quedé abrumado, puedo decir que solo Dios pudo colocar paz en mi corazón, pues me permitió comprender, que ella como creyente, había pasado a un mejor lugar y que estaba en el cielo junto al Señor, esa verdad trajo consuelo a mi vida, sin embargo en varias ocasiones soñé con ella, que estaba viva, y aunque en el sueño sabía que ella había fallecido, la felicidad que experimentaba era tal, que no preguntaba cómo había regresado, pues lo único que quería era disfrutar ese momento.

Esta experiencia me hizo acordar lo que Jesús le dijo a sus discípulos anticipándose al dolor que experimentarían al verlo morir en la cruz, pero también al gozo que vendría a ellos a causa de su resurrección, dándoles esperanza para afrontar los momentos difíciles que vivirían, recordándoles que todo Lo que pidieran al Padre en su nombre, Él se los daría (Juan 16:20-23). Ya en el momento cuando los discípulos tuvieron su encuentro con Cristo resucitado se cumple lo que se les había dicho, y se llenan de un gozo que nadie les podía quitar (Lucas 24:39-43), además Jesús les abre el entendimiento y les recuerda la promesa del Espíritu Santo (Lucas 24:44-49).

Gracias a la resurrección de Cristo, tenemos la certeza que nada hay imposible para Dios, y que Él puede cambiar la tristeza por gozo pues nos ha dado su Santo Espíritu, Él es quien después de lo acontecido con mi madre me permitió tener una esperanza, de saber que algún día la volvería a ver, en el cielo, por lo cual puedo decir que la resurrección de Cristo trajo esperanza para mi futuro. Así que hermanos, estemos seguros que en Cristo y gracias a su resurrección podemos encontrar esperanza aun en medio de la circunstancia más difícil.   Oración.

«Señor Jesús, gracias porque tu resurrección ha traído esperanza a mi vida, ahora puedo tener paz al pensar en mi futuro, sabiendo que ahí, tu Santo Espíritu me acompañará. Amén.

martes, 25 de febrero de 2025

¿Quién es sabio y entendido entre nosotros?

 


¿Quién es sabio y entendido entre nosotros?

“¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.” Santiago 3:13

“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.” Santiago 4:7

La sabiduría del mundo y la sabiduría de Dios son dos conocimientos muy diferentes. De un lado, como lo explica la Escritura en Santiago 3:14-16, 4:1-4, en la sabiduría del mundo se considera inteligente acudir a iras, celos amargos, pleitos, guerras, homicidios y toda clase de obras perversas para obtener las cosas que se desean o los resultados que se esperan. Por otro lado, y contrario a esto, la sabiduría que viene de lo alto, la sabiduría de Dios, expone en todas sus obras virtudes tales como: pureza, paciencia, amabilidad, benignidad, misericordia, imparcialidad, sinceridad, mansedumbre, y humildad (Santiago 3:17-18).

De manera que, si alguna persona dice ser sabía y entendida en el conocimiento de Dios, independientemente de la situación o circunstancia que esté viviendo o presenciando, debe a través de su manera de actuar o reaccionar, manifestar que tal conocimiento no es meramente intelectual. Es cierto que todos pasamos por momentos incómodos, de desacuerdos, diferencias, entre otras circunstancias que no son fáciles de manejar con nuestro prójimo, pero es esa la oportunidad indicada para manifestar que el que está en nosotros (el Espíritu de Cristo) es mayor que el que está en el mundo.

Por tanto, como dice el texto bíblico de hoy, resistamos al enemigo y él huirá de nosotros, en otras palabras, no nos dejemos tentar por los deseos de nuestra carne o las conductas del mundo, sino que, seamos mansos y sabios al obedecer en el poder del Espíritu Santo lo que Dios por medio de su Palabra nos enseña; de este modo, daremos ejemplo y seremos testigos de que sólo mediante la sabiduría que viene de lo alto es posible hacer y hallar verdadera justicia y paz (Santiago 3:18).  Oración.

«Padre Celestial y Santo, qué privilegio es conocer y practicar lo que por medio de tu Palabra me enseñas, pues me haces una persona sabia y sensata; sé que esto no será posible sin la dirección y fortaleza que da tu Espíritu, por lo cual te pido que cada mañana me lleves en intimidad contigo para avivar y fortalecer mi relación con Él, por Jesucristo mi Señor, amén.

lunes, 24 de febrero de 2025

Cristo le da valor a mi vida

 


Cristo le da valor a mi vida

“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” Gálatas 2:20

El apóstol Pablo al tener su encuentro con Cristo resucitado pudo hallar el propósito de su vida, que como vimos en el devocional de ayer consiste en dejar vivir a Cristo en nosotros para amar como Él lo hace, y es por eso que escribe en Gálatas 2:20 “Y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí.”

Al dejar vivir a Cristo en su vida, Pablo pudo renovar su manera de pensar, cambiando su cosmovisión, lo que le permitió tener una comprensión profunda del pasado, vivir una vida con propósito, y ver un futuro con esperanza; de manera práctica lo que hizo el apóstol lo vemos reflejado en Filipenses 3:7-8 “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo”

Pablo aprendió que si se despojaba de su antigua vida, Cristo supliría todo lo que le hiciera falta, como declara en Filipenses 4:19 “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” Y él, pudo experimentar esta verdad en su vida, por lo cual escribió: “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.” 1 Corintios 15:10.

Pablo se dedicó a compartir de la Gracia de Cristo, la cual trajo propósito y valor a su vida, de igual manera Cristo nos da su Gracia para traer propósito y valor a nuestras vidas. Así que hermanos, como Pablo, dejemos vivir a Cristo en nosotros y compartamos de Él, para tener vidas verdaderamente valiosas.   Oración.

«Señor Jesús, mi corazón es tuyo, vive a través de mí, que cada día tu Santo Espíritu me lleve a menguar para que tú crezcas, que pueda decir no vivo yo sino Cristo vive en mí, lléname de tu Gracia para hacer tu voluntad y vivir así una vida verdaderamente valiosa. Amén.

domingo, 23 de febrero de 2025

En Cristo se responde la pregunta ¿Por qué estoy aquí en la tierra?

 


En Cristo se responde la pregunta ¿Por qué estoy aquí en la tierra?

“Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.” 2 Corintios 5:14-15

“Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.” Efesios 5:1-2

El apóstol Pablo inspirado por el Espíritu Santo une el propósito de Cristo al de nosotros al escribir en 2Corintios 5:14-15 que si Cristo murió por todos, luego todos murieron, pero que los que viven, esto es los creyentes, quienes recibimos la vida eterna por medio de la fe en Jesucristo, ya no debemos vivir para nosotros mismos sino para Cristo, y en Efesios 5:1-2 nos dice que la forma de hacerlo es siendo imitadores de Dios como hijos amados, para lo cual debemos andar en amor, de la misma manera que nuestro Salvador lo hizo.

Pero, si queremos andar en Amor, debemos cultivar una relación íntima con Jesús, para poder convertirnos así en testigos de su amor, y entonces comprender por revelación del Espíritu Santo que su propósito de darnos perdón de pecados, salvación y vida eterna, es para que conozcamos su gran amor, y aprendamos por imitación, como lo hace un bebe con sus padres, a Amar como Él, encontrando así nuestro propósito, que se resume en Amar a Dios con todo nuestro corazón, y con toda nuestra alma, y con toda nuestra mente (Mateo 22:36-42) pero también en amarnos unos a otros como Cristo nos ha amado (Juan 13:34).

El rey Salomón escribe al finalizar el libro de Eclesiastés, “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.” (Eclesiastés 12:13). Salomón por revelación del Espíritu Santo descubre el propósito del hombre, pero nosotros los creyentes, gracias a Cristo, podemos encontrar tanto la respuesta a la pregunta ¿Porque estoy aquí en la tierra? como alcanzar ese propósito por el cual estoy aquí en la tierra.

Así que hermanos dejemos que sea Cristo el que viva en nosotros, amando como Él lo hace, pues si hacemos esto estaremos logrando nuestro propósito y alcanzando nuestro destino.   Oración.

«Señor Jesús, gracias porque tu amor es suficiente, y en ese sublime amor encuentro la respuesta al propósito de mi vida, gracias porque sé que debo vivir igual que tú, amando a Dios el Padre y al prójimo como tú me has enseñado. Amén.

sábado, 22 de febrero de 2025

La muerte de Cristo nos muestra el cumplimiento de su propósito

 


La muerte de Cristo nos muestra el cumplimiento de su propósito

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Juan 3:16

“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” Romanos 5:8

Al mirar a Cristo podemos decir sin ninguna duda que vivió una vida con propósito, pues cumplió con el plan de salvación dispuesto por Dios para la humanidad desde el mismo momento en que el hombre pecó en el Jardín del Edén.

El plan de salvación diseñado por Dios consistía en que Cristo fuera a la cruz para ser inmolado como el cordero de la propiciación (Romanos 3:25; 1 Juan 2:2) para poder no solamente cubrir los pecados, sino quitarlos completamente, haciendo referencia a lo dicho por Dios en Génesis 3:15 y a lo enseñado por Dios en Génesis 3:21, ese mismo plan fue profetizado en el antiguo testamento en Isaías 53:1-12 y confirmado en el nuevo testamento cuando Juan el bautista por revelación del Espíritu de Dios declara “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29b)

Gracias a que Jesucristo logró vivir una vida con propósito que culminó con el cumplimiento del plan de salvación establecido por Dios, todo aquel que cree en Jesús puede volver a experimentar el amor de Dios por medio de una relación personal de amor con Él. Por eso el apóstol Pablo inspirado por el Espíritu Santo escribe en Efesios 5:2 “Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.”

Cuando miramos a Cristo y su muerte en la cruz, podemos ver el precio tan alto que pagó, pero sobre todo podemos ver su gran amor, ese amor, que como Dios manifestó en Génesis, y como hombre ejecutó en la cruz. Cristo cumplió su propósito y restauró esa relación con Dios que se había perdido por causa de nuestro pecado, así que dispongámonos y empecemos a vivir con propósito, correspondiendo así a ese gran amor expresado por Dios en Juan 3:16 y Romanos 5:8 y ejecutado por Cristo en la cruz.   Oración.

«Amado Jesús, hoy quiero agradecerte por ese gran amor que me has demostrado en la cruz, gracias porque al cumplir tu propósito me has permitido experimentar tu gran amor, y ese amor me ha transformado, ayúdame con tu Santo Espíritu a andar en Amor para alcanzar así también mi propósito de vida y corresponder a tu amor. Amén

viernes, 21 de febrero de 2025

La vida y obra de Cristo reflejan ese carácter que lo acercó a su destino

 


La vida y obra de Cristo reflejan ese carácter que lo acercó a su destino

“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” Filipenses 2:5-8

Cuando miramos la vida y obra de nuestro Señor Jesucristo nos damos cuenta de verdades profundas que como creyentes deberíamos experimentar y vivir para alcanzar el destino glorioso que Dios ha preparado para los que le aman. Cristo nos muestra a través de su ministerio ese carácter que le permitió acercarse a su destino y cumplir su propósito aquí en la tierra.

Filipenses 2:5-8 revela tres virtudes que le permitieron a Jesús mantenerse dentro de su propósito para alcanzar su destino, estas son: despojarse de sí mismo, la humildad y la obediencia. En conjunto, estas virtudes se vieron reflejadas en el ministerio de Jesús por medio de su amor, pues cada palabra y acto así lo manifestaba, por ejemplo, el despojarse de sí mismo nos muestra cómo Jesús siendo Dios tuvo empatía con el hombre, para enseñarnos cómo amar con el Amor de Dios aun como humanos; la humildad del Señor nos lleva a ver su amor, pues no le importó nacer en un humilde pesebre siendo el dueño de todo, y aun no le importaba no tener donde recostar su cabeza con tal de cumplir con su destino para salvarnos; y su obediencia al Padre nos revela su gran amor, un amor capaz de pasar por encima de su voluntad para hacer la de Dios, a pesar de que eso lo llevaría a la cruz.

Así que hermanos, pidamos la ayuda del Espíritu Santo para desarrollar estas virtudes de Cristo en nuestras vidas, despojándonos de ese viejo hombre que está viciado, para vestirnos del nuevo, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad (Efesios 4:22-24); quitando el orgullo, sujetándonos unos a otros, revistiéndonos de humildad (1 Pedro 5:5); y sacando toda incredulidad para guardar los mandamientos de Dios permaneciendo en su amor (Juan 15:10-12). De esta forma podremos mantenernos en nuestro propósito para alcanzar nuestro destino.   Oración.

«Padre amado hoy quiero pedirte que me ayudes por medio de tu Santo Espíritu a menguar para que tu Hijo Jesucristo crezca en mí, quiero aprender de ÉL, ayúdame a despojarme de todo aquello que me impide reflejar tu amor, hazme humilde y obediente, pues mi deseo es cumplir tu propósito y alcanzar el destino que has preparado para mí. Amén

jueves, 20 de febrero de 2025

El nacimiento de Cristo fue en el momento oportuno

 


El nacimiento de Cristo fue en el momento oportuno

“Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.” Gálatas 4:4-7

El apóstol Pablo al convertirse en testigo del amor de Cristo, pudo entender por inspiración del Espíritu Santo, que Jesús llegó en el momento preciso, por eso escribe en su carta a la Iglesia de Galacia que Dios envió a su Hijo, cuando llegó el cumplimiento del tiempo, con la finalidad de salvar a los que creyesen en Él y con el propósito de adoptarlos como sus hijos (Gálatas 4:4-7).

Es maravilloso saber que como creyentes Dios no solo nos salvó sino que nos adoptó como sus hijos y además nos dio su Santo Espíritu el cual desde nuestro interior clama ¡Abba, Padre! Y esta expresión conlleva un significado de cercanía, de confianza, de intimidad, es similar a cuando de niños le decíamos a nuestro padre: papito, y es importante saber esto porque ahora que por la fe en Jesucristo hemos sido adoptados como hijos de Dios, podemos tener esa confianza para acercarnos a Él y decirle Papito ayúdame, creyendo lo escrito en Hebreos 4:16 “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.”

El nacimiento de Cristo se dio en el momento oportuno, como dice Gálatas 4:4, de igual manera podemos tener la certeza que Dios nos enviará su ayuda también en el momento oportuno, pues así como en el Getsemaní el Padre envió un ángel para fortalecer a Jesús (Lucas 22:43), para que pudiera cumplir su propósito, igualmente Dios nos fortalecerá con su Santo Espíritu para alcanzar el propósito por el cual nos creó, como dice Efesios 3:16 “para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu;”

Hermanos ahora como hijos de Dios cultivemos esa relación de intimidad que nos permita acercarnos todos los días a su presencia para hallar gracia para alcanzar nuestro propósito.   Oración.

«Padre amado, gracias por adoptarme como tu hijo, hoy me acerco al trono de tu gracia pidiendo tu ayuda para alcanzar el propósito por el cual tú me creaste, permíteme por la comunión con tu Santo Espíritu ser fortalecido en mi hombre interior. Amén.

miércoles, 19 de febrero de 2025

Cristo nos muestra lo que es vivir con propósito

 


Cristo nos muestra lo que es vivir con propósito

“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” Romanos 5:8

“Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.” Lucas 22:41-44

Cuando miramos el nacimiento, obra y muerte de nuestro Señor Jesucristo podemos ver el verdadero significado de vivir una vida con propósito, la vida de Jesús fue una vida significativa pues desde su nacimiento hasta su crucifixión, todo tuvo que ver con la manifestación del amor de Dios al ejecutar el plan de salvación para la humanidad. (Romanos 5:8)

Permanecer en una relación personal de Amor con su Padre Celestial le permitió a Jesús mantenerse firme hasta el final para poder así cumplir con su propósito (Lucas 22:41-44), por eso con toda convicción durante su ministerio lo vemos decir: “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”. (Lucas 19:10) y también lo vemos declarar: “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.” (Juan 6:38)

Cuando se vive una vida con propósito se deja huella, Cristo dejó una huella para la eternidad, pues su vida de propósito lo llevó a la cruz por amor, para que el destino de todo aquel que deposite su fe en Él cambie para siempre, obteniendo vida eterna. Lo anterior lo pudo experimentar en carne propia el apóstol Pablo, por eso manifiesta en 1 Timoteo 1:15 “Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.” Y escribe en Gálatas 2:20 “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.”

Hermanos, sigamos el ejemplo de Jesús y cultivemos una relación personal de amor con Dios, para así hacer su voluntad y poder entonces tener vidas con propósito.   Oración

«Espíritu Santo llévame a cultivar una relación personal de amor con Dios, pues quiero seguir el ejemplo de Jesús, para así poder vivir una vida con propósito y dejar una huella de amor. Amén.

martes, 18 de febrero de 2025

En Cristo se responde la pregunta ¿De dónde vengo?

 


En Cristo se responde la pregunta ¿De dónde vengo?

“Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.” 1 Juan 1:1-3

Cristo da respuesta a la pregunta ¿De dónde vengo? pues él mismo siendo Dios se hizo hombre, para dar a conocer la imagen correcta de Dios, que había sido desdibujada por causa del pecado, para poder así restaurar el conocimiento correcto de Dios y por ende restaurar el conocimiento correcto acerca de nuestro origen.

Esta pregunta que lleva al ser humano a cuestionar su pasado y sus orígenes se responde en Cristo porque Él mismo fue quien nos creó, el apóstol Juan por revelación divina pudo entender que los hechos descritos en Génesis y que narran el origen del universo, de la vida y del hombre, tenían que ver con Cristo, por eso por inspiración del Espíritu Santo escribe refiriéndose a Jesús: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.” Juan 1:1-3 y luego complementa en 1 Juan 1:1-3 que él mismo era un testigo de ese Verbo encarnado.

Juan entendió que cada vez que Dios dijo que algo fuera hecho, fue hecho por su Palabra creadora, y ahí estaba el Verbo de Dios actuando, es decir, Jesucristo estaba ahí obrando en la creación. Y él escribe estas verdades para que podamos comprender por revelación del Espíritu Santo que venimos del amor creador de Dios, como dice Juan 20:31 “Pero estas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.” y como declara 1 Juan 5:13 “Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.” Así que hermanos, pidamos la revelación del Espíritu Santo para tener la misma comprensión que tuvo el apóstol Juan para entender que Jesús es el creador de todo, y que de Él venimos, que Cristo es nuestro origen.   Oración.

«Espíritu Santo, llévame a comprender que en Cristo encuentro la respuesta a esa inquietante pregunta ¿De dónde vengo? Permíteme entender que puedo estar tranquilo pues soy el resultado de tu amor creador, examíname y muéstrame si tengo algún pensamiento equivocado, contrario a tu verdad, para cambiarlo por el pensamiento correcto, gracias por tu ayuda. Amén.

lunes, 17 de febrero de 2025

Una mirada correcta del pasado

 


Una mirada correcta del pasado

“David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo.” 1 Samuel 17:34-37

David reconoció que Dios había estado en su pasado cuando declaró que así como Jehová lo había librado de las garras del oso y el león, también lo libraría de aquel gigante, esta visión correcta del pasado ayudó a David a incrementar su fe para creer y actuar; hoy muchos cristianos no afrontan las batallas de la vida de la misma manera y con el mismo ímpetu que David enfrentó a Goliat simplemente por tener una manera equivocada de mirar el pasado.

David vio a Dios actuar en su pasado, librándolo, nosotros como creyentes debemos ver a Cristo triunfando en la cruz; mirar a Cristo y no a nosotros mismos, nos permitirá incrementar nuestra fe para así tomar decisiones valientes frente a los desafíos de la vida. David hacía esto, él no se vio a sí mismo con sus incapacidades, él vio a Dios quien estaba con él.

David también cometió errores y pecados graves, pero cuando Dios lo confrontó, se arrepintió, tuvo un cambio de pensamiento; mientras no cambió su manera de pensar, sus huesos se envejecieron; pero al arrepentirse, y al buscar a Dios, su vida empezó a florecer nuevamente como dice el Salmo 32:3-5

Muchos cristianos hoy no pueden experimentar la vida nueva y abundante que Cristo ganó en la cruz para los creyentes, porque se encuentran enfrascados en un pasado que ya no existe, pero gracias a Cristo podemos estar seguros que en Él las heridas del pasado pueden sanar y ser transformadas para bien y los pecados ser perdonados.

Hermanos, que como David decidamos arrepentirnos, es decir, cambiar nuestra manera de pensar para alinear nuestros pensamientos a los de Dios, para así poder tener una visión correcta del pasado, y poder ver a Cristo actuando ahí a nuestro favor, dándonos una salida, mostrándonos su gran amor, para disfrutar la vida nueva que ya nos regaló.   Oración.

«Espíritu Santo permíteme tener un concepto correcto del pasado, llévame a ver a Cristo triunfando en la cruz para aumentar mi fe y así hacer tu voluntad. Amén.

domingo, 16 de febrero de 2025

La adoración nos lleva a una transformación

 


La adoración nos lleva a una transformación

“Te exaltaré, mi Dios, mi Rey, y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre. Cada día te bendeciré, y alabaré tu nombre eternamente y para siempre. Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza; y su grandeza es inescrutable. Generación a generación celebrará tus obras, y anunciará tus poderosos hechos. En la hermosura de la gloria de tu magnificencia, y en tus hechos maravillosos meditaré. Del poder de tus hechos estupendos hablarán los hombres, y yo publicaré tu grandeza. Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad, y cantarán tu justicia.” Salmo 145:1-7

El rey David es conocido por ser un adorador, un hombre conforme al corazón de Dios, muchos de los Salmos fueron escritos por él, por inspiración del Espíritu Santo, y en ellos podemos ver cómo su cosmovisión fue impactada por las revelaciones de Dios.

David tenía una manera correcta de ver la vida, es decir, tenía una comprensión clara del pasado: de dónde venía, de cómo fueron creadas las cosas y quién es el creador de todo, Salmos 104 y 139; también tenía claro su propósito en esta vida: porque estaba aquí en la tierra, Salmos 8 y 138; y por supuesto tenía la visión correcta del futuro: para dónde iba, Salmos 16 y 71.

Este tipo de pensamientos correctos y la forma cómo veía la vida, le ayudaron a recibir lo que Dios había preparado para él, pues el fundamento de esta manera de pensar era Cristo mismo, esto lo podemos apreciar en el Salmo 144:1-2 que dice: “Bendito sea Jehová, mi roca, quien adiestra mis manos para la batalla, y mis dedos para la guerra; misericordia mía y mi castillo, fortaleza mía y mi libertador, escudo mío, en quien he confiado; El que sujeta a mi pueblo debajo de mí.” Aquí podemos considerar que David contaba siempre con Dios, lo veía en su pasado, en su presente y en su futuro.

De David podemos aprender que cultivar una vida de adoración a Dios nos lleva a conocerlo mejor, lo cual renueva nuestra manera de pensar, y nos conduce a experimentar esa transformación que como hijos de Dios tenemos al haber recibido a Cristo, pues como dice la Palabra ahora somos nuevas criaturas. Hermanos, que al igual que David, busquemos a Dios en adoración, y al experimentar su gran amor transformador podamos decir “Te exaltaré, mi Dios, mi Rey, y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre” Salmo 145:1.   Oración.

«Señor Jesús, gracias por tu Santo Espíritu, quien me motiva a buscarte y me lleva a conocer y experimentar tu amor por medio de la adoración, gracias porque esta comunión contigo renueva mi manera de pensar y me transforma más y más a tu imagen. Amén

sábado, 15 de febrero de 2025

Daniel testigo del Amor

 


Daniel testigo del Amor

“Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido” Daniel 10:12

Daniel dejó registrado en su libro un encuentro que tuvieron sus amigos Sadrac, Mesac y Abed-nego con Cristo Pre-encarnado, un encuentro tal, que impactó hasta la vida del rey del imperio de ese tiempo, Nabucodonosor, al punto de llegar a bendecir al Dios de estos jóvenes; en este relato vemos la pre-existencia de Cristo, pero no era necesario que Cristo se presentase así para creer en Él, Daniel creía en Dios y por eso le oraba constantemente, y sus oraciones eran respondidas, por eso vemos cómo en visión pudo tener una revelación del Mesías, el Santo de los santos (Daniel 9:24-26) convirtiéndose también en testigo de su amor. (Daniel 10:11)

Daniel, quien conoció a Cristo por medio de la oración, profetizó de Él, y en su libro quedaron registrados desde los grandes imperios que se levantarían en el pasado, como el de babilonia, el medo-persa, el griego y el romano, hasta lo que pasará en el futuro con la gran tribulación, indicando también los tiempos en que llegaría el Mesías, mostrando así la fiabilidad histórica de la Biblia; pero sobretodo la inspiración divina que tiene la misma. (Daniel 2:25-45; 9:25)

Es sorprendente saber que en las Escrituras encontramos profecías dadas en el Antiguo Testamento que se han cumplido como se anunciaron. Esto debe llevarnos a creer en Cristo, pues como sabemos por la Palabra de Dios, Él maneja los hilos de la historia y pone y quita reyes. (Daniel 2:21)

Como hijos amados de Dios, gracias a Cristo, podemos tener una revelación de las escrituras, para entender lo que fue escrito en el pasado, que impacta nuestro presente y que nos da claridad del futuro. Hermanos, que como Daniel podamos disponernos a entender y humillarnos en la presencia de Dios, siendo testigos de su amor, para comprender nuestro pasado, tener propósito en nuestro presente y alcanzar esperanza para nuestro futuro.   Oración.

«Señor Jesús, hoy dispongo mi corazón para humillarme en tu presencia y entender el gran amor que has tenido conmigo, reconociendo que en cada prueba y dificultad me has acompañado, gracias porque sé que tú seguirás a mi lado como lo has hecho siempre. Amén.

viernes, 14 de febrero de 2025

El encuentro del Señor con los amigos de Daniel

 


El encuentro del Señor con los amigos de Daniel

“Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey. Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses.” Daniel 3:24-25

Sadrac, Mesac y Abed-nego llegaron a Babilonia después que Nabucodonosor sitiara Jerusalén y los llevara cautivos para servir en su corte, estos jóvenes a pesar de estar en medio de una cultura y una sociedad muy distinta a la suya, con costumbres y pensamientos diferentes a los suyos, pudieron permanecer firmes en sus convicciones gracias a su fe, ellos nos dan ejemplo de la importancia de tener claros los pensamientos pero sobre todo de tener las creencia correctas acerca de Dios.

Frente a una situación tan difícil como la que tuvieron que enfrentar, que era de vida o muerte, escogieron no adorar una estatua, ni un dios pagano, porque sabían quién era su Dios, el Dios verdadero, por lo cual fueron capaces de decir: “He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado” Daniel 3:17-18

Ellos tenían esta fuerte convicción pues creían al mandato que el Dios verdadero les había dado a sus antepasados de no adorar a dioses ajenos, lo cual nos deja ver el temor reverencial que tenían a Dios. Y precisamente fue esta fe la que les permitió tener ese maravilloso encuentro con Cristo pre-encarnado en el horno de fuego, pudiendo experimentar ahí la protección y amor de Dios.

Esto nos debe llevar a reflexionar qué tan fuertes son nuestras convicciones, pues en ocasiones no actuamos como lo hicieron estos valientes jóvenes, sino que cedemos ante las tentaciones que se nos presentan. De ahí la importancia de reforzar nuestra fe, que como dice la Biblia viene por el oír la Palabra de Dios, para mantenernos firmes en nuestras creencias y así poder ver la manifestación del amor de Dios en nuestras vidas (Juan 14:21).    Oración.

«Señor Jesús permítenos regresar al primer amor, queremos ser restaurados por ti, llévanos a ser sensibles a tu voz, y que por tu Santo Espíritu creamos en tus Palabras, auméntanos la fe para obedecer sin vacilar cuando tú nos hables, queremos experimentar la manifestación de tu amor en nuestras vidas. Amén.

jueves, 13 de febrero de 2025

Abraham testigo del Amor

 


Abraham testigo del Amor

 “Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer, habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra? Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él.” Génesis 18:17-19

“Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto? Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos.” Génesis 22:7-8

Abraham es un hombre reconocido por su fe, cuando estudiamos su vida en la Biblia nos damos cuenta que sus encuentros con Dios lo marcaron profundamente, a tal punto, que por la fe, fue movido a tomar decisiones, que para la mayoría de las personas serían difíciles de tomar, como por ejemplo: dejar la seguridad de su familia para emprender una nueva vida en un lugar que aún no conocía. Su comprensión de Dios le permitió obedecer a tal punto que Hebreos 11:17-19 dice: “Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir.”

Abraham pudo tener esa fe adecuada, porque conoció el amor de Dios, él había entendido correctamente lo que Dios enseñó cuando vistió con pieles de animales a Adán y Eva, es decir que era necesario un sacrificio para cubrir el pecado para poder acercarse a Dios, lo cual era una representación del amor de Cristo que lo llevaría a ser el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo; y es por eso que en Génesis 18:17-19 Dios manifiesta que Abraham trasmitiría esta enseñanza a sus hijos y a su casa, lo cual es ratificado en Génesis 22:7-8 cuando Abraham dice: “Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío.”

Al recibir a Cristo en nuestro corazón y al convertirnos en sus testigos gracias a la comunión del Espíritu Santo, podremos al igual que Abraham, tener una creencia correcta de Dios que nos lleve a entender de dónde venimos, es decir, a tener un concepto claro de la creación, del pecado, de la caída del hombre, y del gran amor de Cristo el Salvador.    Oración.

«Señor Jesús, gracias porque al ser testigo de tu amor tengo un entendimiento más claro de la vida, y puedo comprender de dónde vengo y para donde voy, gracias por tu amor. Amén.

miércoles, 12 de febrero de 2025

El encuentro del Señor con Abraham

 


El encuentro del Señor con Abraham

“Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra” Génesis 12:1-3

Abraham fue escogido por Dios para formar una nación que debía encargarse de darlo a conocer, y de donde vendría el Salvador de la humanidad, Dios sabía que él enseñaría a sus hijos y su casa a buscar, creer y amar a Dios, y eso fue lo que hizo, pues su hijo Isaac en una pregunta reflejaba claramente esta enseñanza: “¿dónde está el cordero para el holocausto?”, Abraham había entendido bien, aquella enseñanza dada por Dios en el jardín del Edén, donde se realizó el primer sacrificio para cubrir los pecados del hombre, y donde se dio la promesa del Salvador, Abraham creyó y transmitió esta creencia a su familia.

En el antiguo testamento encontramos registrados varios encuentros que tuvo Abraham con Dios, pero en los capítulos 18 y 22 de Génesis podemos ver la figura de Cristo pre-encarnado hablando con Abraham, y esto es importante para nosotros como creyentes porque podemos observar esa Eternidad de Cristo, y cómo Él estaba ahí, guiando los hilos de la historia, pues sin duda el nacimiento de la nación de Israel tenía, y tiene que ver con los planes de Dios para la humanidad.

Al mirar al pasado, podemos maravillarnos de la fidelidad de Dios, pues desde la promesa hecha a Abraham hasta el día de hoy se ha cumplido su juramento, y aquel pueblo que inició en Abraham, hoy se ha convertido en la nación de Israel, pero más importante aún, aquella promesa de un Salvador dada por Dios en un inicio cuando el hombre pecó, se cumplió en Cristo, y ahora nosotros como testigos de su amor podemos sentirnos afortunados, pues el pasado lo que nos muestra es que Jesús es el Señor de la historia, y que nuestra fe está fundamentada en Cristo y por ende podemos encontrar en su Amor la respuesta a esa inquietante pregunta ¿De dónde vengo?   Oración.

«Padre Dios gracias porque así como buscaste a Abraham, me has buscado a mí, para continuar realizando tu plan maravilloso de salvación, permíteme al tener esos encuentros preciosos con tu amado Hijo Jesús, por medio de la comunión con tu Santo Espíritu, conocer más profundamente tu gran amor, ese amor que has mostrado desde la creación, que se manifestó cuando el hombre pecó, que se ejecutó por medio de la obra de Cristo en la cruz y que tú nos llevas a entender gracias a la revelación de tu Santo Espíritu. Te pido guíes mi vida ayudándome a comprender que soy el resultado de tu Eterno Amor. Amén.

martes, 11 de febrero de 2025

Obras son amores

 


Obras son amores

“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.” Génesis 3:15

“Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.” Génesis 3:21

“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” Efesios 2:10

Dios nos ha manifestado por medio de su Palabra que con Amor Eterno nos ha amado, como dice Jeremías 31:3 “Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.” Y como lo hemos estado aprendiendo por medio de su creación también nos ha declarado su Amor, así que continuando con el estudio de la preexistencia de Cristo, podemos ver que este amor que Dios manifiesta con sus palabras se ve expresado en acciones, y es sorprendente, que cuando el hombre peca, desobedeciendo a Dios, él mismo manifiesta su amor, declarando en Génesis 3:15 ese plan de salvación que vendría por medio de Cristo, y luego en un acto de amor cubre al hombre con pieles como se observa en Génesis 3:21, enseñándonos que el amor se expresa con palabras y ratifica con acciones.

Por eso al ser testigos del amor de Cristo no solamente llevamos el mensaje del evangelio con palabras sino también con manifestaciones y actos de amor, pues como dice Efesios 2:10 “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”

Hoy en día muchos problemas de la humanidad, vienen como consecuencia del pasado, un pasado que produce vergüenza por el pecado o por malas decisiones tomadas, o hace daño por el pecado o malas decisiones de otros, y esto puede conducir a depresiones y tristemente hasta suicidios. Llevar el amor de Cristo al predicar el evangelio, acompañándolo de un abrazo, una sonrisa, una ayuda, puede ser determinante, por eso hermanos compartamos el amor de Cristo, ese amor que es capaz de quitarnos la vergüenza que nos hacía esconder y nos alejaba de Dios, como le pasó a Adán y Eva, pero que ahora nos impulsa y motiva para ayudar a otros.    Oración.

«Señor Jesús, gracias porque ahora que soy testigo de tu amor he aprendido que obras son amores y no tan solo buenas intenciones, gracias porque me motivas a compartir tu evangelio, enseñándolo, predicando y sobre todo viviéndolo. Amén.

lunes, 10 de febrero de 2025

APRENDER A ESPERAR EN DIOS

 


APRENDER A ESPERAR EN DIOS

“Oh SEÑOR, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré ante ti y esperaré.”, Salmos 5:3

Qué difícil es esperar, sobre todo en la sociedad actual donde podemos tener algo con un sólo click o con manipular nuestro teléfono. ¿Pero cuándo es el momento propicio para hacer algo o comprar algo? ¿No será que muchas cosas las hacemos sin esperar el tiempo de Dios? De seguro que esto traerá consecuencias. Habrá otras cosas que por mucho que las deseemos no las tendremos cuando queramos. Así que tendremos que aprender a esperar, y este principio es muy importante, hace parte del carácter que Dios quiere que formemos, pues por no saber esperar cometemos muchos pecados. Por ejemplo, no esperamos hasta el matrimonio para tener relaciones sexuales, lo que lleva a la fornicación y al desorden sexual, no esperamos el tiempo adecuado para un negocio, lo que lleva a la ruina, a perder la tranquilidad ante las deudas, queremos ya el último dispositivo inteligente, la última ropa de moda, queremos ya y pagamos después, lloramos al final.

Dios quiere guiarnos a su verdad y enseñarnos a esperar en su voluntad (Salmo 25:5) y darnos las cosas en el tiempo preciso, ya que en ese tiempo exacto es cuando será una bendición para nosotros (Salmo 145:15-16). Él sabe que antes de tiempo no estaremos preparados, y si recibimos lo que estamos pidiendo será para nuestro mal. ¿Acaso Dios quiere hacernos algún mal? Por supuesto que no, así que vale la pena esperar con paciencia que nuestro Dios venga a ayudarnos y a proveernos lo que pedimos; mientras tanto esperemos sin quejas, sin contiendas y con paciencia, fortalecidos en el poder de su Espíritu, (Lamentaciones 3:24-26). Hermano, piensa en este momento en aquello que le estás pidiendo a Dios y que necesitas, pídele que te dé la paciencia y la fortaleza para esperar el momento que Él disponga, mientras tanto sé diligente en prepararte para el día en que recibirás de Dios su bendición y una vez la recibas no te olvides de honrarlo y darle la gloria. Oración.

"Gracias mi Señor, estoy seguro que me darás lo que estoy pidiendo conforme a tu voluntad, en la forma y el tiempo que tu consideres apropiado, mientras tanto esperaré en ti con paciencia, fortalecido en ti y con gozo. Amén.

domingo, 9 de febrero de 2025

Ser testigos de Cristo nos permite ver su Eterno Amor

 


Ser testigos de Cristo nos permite ver su Eterno Amor

 “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado” Efesios 1:3-6

El Apóstol Pablo llegó a ser un testigo de Cristo, no solamente porque Jesús se le apareció camino a Damasco, sino porque después de este encuentro cultivó una relación íntima con el Señor por medio de la comunión con el Espíritu Santo, y esta comunión le permitió conocer profundamente a Jesucristo, tanto, que por revelación pudo darse cuenta que Cristo aun antes de la creación ya había pensado en nosotros y por su gran amor nos había escogido para que fuésemos hechos a su imagen: santos y sin mancha, como dice Efesios 1:4.

De igual manera, Dios quiere que lo glorifiquemos al tener esta misma revelación por medio del Espíritu, y así al estudiar la preexistencia de Cristo poder ver en la creación, el amor del Señor, preparando todo para que el hombre como su obra especial, pudiera experimentar su amor y compañía. Génesis revela que al Dios crear los cielos y la tierra vio que todo era bueno en gran manera, y que plantó un huerto en Edén, un lugar especial, donde puso al hombre para relacionarse con él. Lastimosamente cuando el hombre pecó, esa relación se dañó por causa del pecado, y el hombre fue expulsado del Edén para que no tomara del árbol de la vida, sino que pudiera experimentar el plan de salvación que Dios había puesto en marcha, pues su deseo siempre ha sido adoptarnos como sus hijos por medio de Jesucristo como dice Efesios 1:5, no queriendo que ninguno perezca sino que todos procedan al arrepentimiento, como declara 2 Pedro 3:9b.

Hermanos, al igual que Pablo busquemos esa intimidad con Cristo por medio de la comunión con el Espíritu Santo, para que al ser transformados en sus testigos podamos comprender su Amor eterno, conociendo que desde antes de la creación Él ya nos amaba, para que esto nos impulse a compartir este maravilloso Amor.   Oración.

«Padre Dios, tu creación muestra tu gran amor, cómo creaste todo para darnos a nosotros los hombres un lugar maravilloso para vivir, gracias por Jesucristo porque en Él he sido adoptado como tu hijo, y este era tu plan, gracias porque deseas lo mismo para todos los hombres, por eso llévame a ser tu testigo para compartir tu eterno amor. Amén.

sábado, 8 de febrero de 2025

Creados para ser como Cristo

 


Creados para ser como Cristo

 “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.” Génesis 1:26-27

Al estudiar la preexistencia de Cristo nos damos cuenta de que en el momento de la creación del hombre Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo estaban actuando juntos, por eso dice “hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza” y es maravilloso saber que esa imagen gloriosa con la que fuimos diseñados desde el inicio puede recuperarse gracias a Jesucristo, pues Él, quien es la imagen visible del Dios invisible, quiere que seamos como Él, por eso nos dejó su Santo Espíritu para enseñarnos a ser como Él, como declara Juan 14:26 “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.” Y como complementa Efesios 4:13 “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”

Dios nos muestra en Génesis que hizo al hombre a su imagen y semejanza, pero por el pecado esta imagen se desdibujó, sin embargo en Cristo podemos recuperar esa imagen como dice Romanos 8:29 “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos” y como declara 2 Corintios 3:18 “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.”

Por tal motivo podemos confiar que los planes iniciales de Dios de que el hombre sea imagen y semejanza suya hoy se pueden volver una realidad en nosotros, primero al creer en Cristo y segundo al tomar la decisión de seguirle convirtiéndonos en testigos de su amor.    Oración.

«Padre Dios, tú me creaste para que sea conforme a tu imagen, perdóname porque muchas veces en mi diario vivir no reflejo esa imagen, la imagen de tu Hijo se desdibuja en mí cuando peco, por eso te pido que me ayudes, para que tu Santo Espíritu me lleve a esa intimidad por medio de la comunión, donde pueda ser transformado gracias a tu gran amor para así alcanzar la estatura de Cristo y poder reflejar tu gloriosa imagen convirtiéndome en testigo de tu amor. Amén.

viernes, 7 de febrero de 2025

La preexistencia de Cristo

 


La preexistencia de Cristo

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.” Juan 1:1-3

«Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.» Colosenses 1:16

Conocer a Jesús mediante la comunión con el Espíritu Santo nos permite entender mejor el pasado, pues Cristo existía aun antes de que todo existiera, pues Él es Eterno como dice Isaías 9:6 “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”, como lo declara también el libro de Hebreos 13:8 “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos”, y como lo deja claro el mismo Señor en Apocalipsis 1:8 “Yo soy el alfa y la omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el todopoderoso.” Por esto al estudiar la preexistencia de Cristo podremos tener la visión correcta de la creación y de cómo todo fue creado por Él y para Él, como está escrito en Juan 1:1-3 y Colosenses 1:16.

Conocer a Cristo y su gran Amor, y saber que Él, el Verbo de Dios, estaba en el principio creando todas las cosas por medio de Él y para Él, debe llevarnos a comprender que somos el resultado del amor creador de Dios, y este conocimiento debe llevarnos a renovar nuestra manera de pensar, derribando argumentos como: que somos el producto de millones de coincidencias, o del azar o de la evolución, y más bien esta revelación debe conducirnos a reconocer que Dios en su Amor decidió formarnos para manifestar su amor en nosotros, y aun cuando pecamos decidió salvarnos mostrando su amor como dice 1 Juan 4:10 “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.” Por lo tanto, pidamos a Dios nos permita comprender esta verdad para ser testigos de su amor.    Oración.

«Padre Dios permíteme por medio de la revelación de tu Santo Espíritu comprender tu gran amor, ese amor que se ha manifestado a mi vida gracias a tu amado Hijo Jesús, quien en la cruz me ha mostrado la evidencia de ese amor y que ahora por medio de la comunión con el Espíritu Santo me lleva a entender que ha sido un amor eterno, que aun desde el principio estabas amándome, diciéndomelo por medio de la obra creadora de tu Hijo. Te pido llévame a ser testigo de ese amor, al conocer a fondo la preexistencia de Cristo. Amén.

jueves, 6 de febrero de 2025

DIOS CAMBIA LA AFLICCIÓN EN REGOCIJO


 

DIOS CAMBIA LA AFLICCIÓN EN REGOCIJO

“Y Elcana su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras? ¿Por qué no comes? ¿Y por qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que diez hijos? Y se levantó Ana […]; y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehová, ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente. E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, 1 Samuel 1:8-11

El pueblo de Israel vivía momentos críticos, porque sus enemigos los filisteos se habían fortalecido, pues contaban con moderna tecnología militar griega, por tanto, era necesario que Dios levantara un profeta y juez de Israel, para restaurar la ley, el orden y la adoración a Dios.

Un varón llamado Elcana, hombre piadoso y temeroso de Dios, tenía dos esposas (Situación no aprobada por Dios), Ana que era estéril y Penina quien sí tenía hijos, y ésta “la irritaba (a Ana), enojándola y entristeciéndola, porque Jehová no le había concedido tener hijos”. Ana se sentía muy afligida porque era una gran desgracia en Israel que una mujer fuera estéril.

En estas circunstancias de tanta aflicción, Ana fue al templo y “con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente” y hace un pacto con el Señor, pidiendo: si “dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida”. La Biblia cuenta que Dios la escuchó y le concedió un hijo que se llamaría Samuel, ella lo dedicó a Dios y apenas lo destetó, lo consagró en el templo y fue reconocido como fiel profeta de Dios.

Esta historia nos enseña que la tristeza o la aflicción no deben impedirnos orar, mucho menos enojarnos con Dios, pues en la presencia de Él todo cambia, así como ocurrió con Ana. La Biblia dice: “Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste”. Presentémonos delante del Señor, derramemos nuestra alma y clamemos con fervor, que Él nos responderá y con su poder nos liberará de la amargura y la frustración. El gozo del Señor renueva nuestras fuerzas. Ana en su cántico dice: “Mi corazón se regocija en Jehová” “Porque nadie será fuerte por su propia fuerza”. (1 Samuel 1:1,9)

Hermano, nada es imposible para Dios, Él es poderoso para hacer mucho más de lo que nosotros pedimos o entendemos. El Dios que adoramos es el Dios de Ana, es el que quita toda esterilidad, el que cambia la tristeza en gozo, es el Dios que se hizo hombre y vino a entregar su vida en una cruz por amor a nosotros, el Dios que susurra a nuestro oído diciéndonos que echemos toda carga sobre Él, porque Él tiene especial cuidado de nosotros.  Oración.

"Amado Padre, no quiero vivir en aflicción, me levantaré y haré lo que hizo Ana, rechazar ser una víctima y correr a tu presencia. Tú conoces mi necesidad, por tanto, a ti clamaré y oraré con lágrimas en mis ojos, echando toda ansiedad sobre ti, sabiendo y confiando que eres el Dios de imposibles, el que cambia la tristeza en gozo. Gracias Señor. Amén.

miércoles, 5 de febrero de 2025

El Amor de Cristo trae plenitud

 


El Amor de Cristo trae plenitud

“Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo… para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.” Efesios 3:14, 17-19

La filosofía plantea grandes preguntas como ¿de dónde vengo?, ¿por qué estoy aquí en la tierra? y ¿para dónde voy?, Cristo da respuesta a estas preguntas llevándonos a comprender nuestro pasado, otorgándole valor a nuestro presente y dándole esperanza a nuestro futuro, gracias a su amor.

Hoy muchos viven vidas desesperadas, algunos porque no logran alcanzar sus sueños, otros porque a pesar de alcanzarlos, estos no pueden satisfacerlos por completo, y otros más porque no tienen sueños; sea cual sea la situación, la realidad es que solamente en el amor de Cristo se puede tener completa plenitud de vida, pues en su amor podemos encontrar la plenitud de Dios.

Conocer el amor de Cristo implica intimidad, no solamente un conocimiento intelectual, y esa intimidad se da por medio de la comunión con el Espíritu Santo, quien se encarga de revelarnos el gran amor de Dios. Así, el Espíritu Santo, quien en esa comunión nos va convirtiendo en testigos del amor de Cristo, nos empieza a transformar, llenándonos de la plenitud de Dios, lo cual nos lleva a vivir vidas significativas.

El Apóstol Pablo llegó a entender por revelación divina la importancia de conocer el amor de Cristo, por eso escribe en su carta a la iglesia de Éfeso que doblaba sus rodillas pidiendo a Dios que podamos comprender la magnitud del amor de Cristo, pues así podremos encontrar la plenitud en nuestras vidas al ser llenos de la plenitud de Dios.

Esa misma plenitud le permitió a Pablo entender que el amor de Cristo que es Eterno fue el que nos creó, y que ese mismo amor es el que nos permite tener un propósito en la vida y nos da seguridad y esperanza para el futuro. Así que hermanos, pidamos al Padre que al igual que Pablo al convertirnos en testigos de su Amor seamos llenos de toda su plenitud.  Oración.

«Padre amado, te pido que tu Santo Espíritu me lleve a comprender ese gran amor de Cristo, el cual excede todo conocimiento, pues quiero ser lleno de toda tu plenitud, para que así pueda vivir una vida significativa. Amén.