Revelación de Dios
“Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón,
hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está
en los cielos.” Mateo 16:17
A través de éste pasaje Dios nos revela que si alguna vez tú
y yo hemos comprendido la verdad de la Palabra, no ha sido por nuestro
intelecto o buena comprensión lectora, sino por la revelación de Dios, tal como
vemos le sucedió a Pedro en el pasaje principal. Las Escrituras nos enseñan en
1 Corintios 2:10-13 “Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu;
porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de
los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en
él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y
nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene
de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también
hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que
enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.”, así pues
entendemos que Dios se revela a nosotros por medio de su Palabra pero nos
permite ser sensibles a tal revelación por su Espíritu Santo.
Hermanos, cada vez que nos dispongamos a meditar en las
Escrituras tengamos presente que es Dios quien se revela y se da a conocer a
nosotros, en esos instantes maravillémonos como niños, y estemos expectantes de
todo lo que Dios nos quiere enseñar pues todo lo que hemos aprendido no ha sido
por nuestra capacidad humana sino por la revelación del Espíritu Santo de Dios. Oración.
«Padre, gracias por revelarme quién eres, tú siempre estás
dispuesto a enseñarme y mostrarme esas cosas grandes y ocultas que no conozco,
pero quieres de mi parte que te busque y te llame. Espíritu Santo que arda mi
corazón por conocer tu palabra, que aumente mi hambre por ti oh Dios todos los
días, te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.
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