Cristo renueva nuestra manera de pensar y nos transforma en
testigos de su amor
“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del
Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se
han de discernir espiritualmente.” 1 Corintios 2:14
“Porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios
se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad,
se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por
medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido
a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se
envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.”
Romanos 1:19-21
Muchas personas no entienden que el ser humano viene del amor
creador de Dios, que somos resultado de su obra creadora y que gracias a Él
podemos tener una vida con propósito y un futuro eterno. Gracias a Cristo
podemos ser llamados hijos de Dios al creer en Él, y como hijos podemos
entender que nuestro origen viene de Dios, que somos espirituales y podemos
relacionarnos con Él para vivir vidas significativas, correspondiendo a su amor
y compartiendo ese amor, además podemos tener una esperanza viva gracias a su
resurrección, pues se nos promete que reinaremos junto a Él y que tendremos un
hogar celestial.
Creer que en Cristo se responden las preguntas ¿De dónde
vengo?, ¿Por qué estoy aquí en la tierra? y ¿Para dónde voy?, no se basa en una
fe ciega. Debería ser fácil darnos cuenta que existe un creador, pues el
sentido común así lo debería manifestar, por ejemplo si a un Ingeniero se le dijera
que un edificio es el resultado del azar seguramente respondería que eso es
imposible, pero no es necesario ser Ingeniero para saber esto, pues al ver el
edificio solamente por sentido común se sabría que alguien lo diseñó y lo
construyó. De la misma manera al ver la creación, el universo y al hombre
deberíamos por sentido común saber que hay un creador, no es necesario ser
teólogo para entender esto, sin embargo, al ser esta una verdad espiritual, el
hombre natural, sin Cristo, no puede entenderlo y prefiere creer que somos el
resultado de la evolución o millones de coincidencias a reconocer que hay un
Dios creador. Así que hermanos, que el conocer a Cristo y su revelación de las
respuestas a las grandes incógnitas de la vida, nos lleve a tener una renovación
en nuestra manera de pensar que nos permita ser transformados en testigos de su
amor. Oración.
«Señor Jesús gracias por permitirme ser un Testigo de tu
Amor, gracias por tu Santo Espíritu quien me ayuda comprender las respuestas a
las grandes incógnitas de la vida. Amén.