Supremamente bendecidos
“Jesús le dijo: Porque me has visto, Tombendecidosás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.” Juan 20:29
La Palabra,
bienaventurados, usada por el Señor Jesús para quienes creen en Él sin haberle
visto, proviene del griego makários que significa supremamente bendecido, muy
afortunado.
Y somos
supremamente bendecidos, cuando reconocemos nuestras debilidades y
limitaciones, nuestra urgente necesidad de Dios y de su Palabra; aquellos de
los cuales el Señor dice que serán enaltecidos al humillarse ante Dios (Mateo
23:12), y esta humillación ante el Creador, no es de vergüenza o falta de
dignidad sino que es la humildad de reconocer nuestros errores, es una
disposición del corazón a dejarse guiar por el que todo lo sabe, por aquel que
todo lo puede, por el Dios de donde viene toda bendición, exaltación y buena
recompensa (Santiago 1:17).
Entonces,
bienaventurados somos aquellos que no perdemos el gozo ante las dificultades,
pues la tristeza, la pérdida, el dolor o la angustia no pueden afectarnos.
Aunque lloramos al ir sembrando las semillas, regresamos cantando cuando
traemos la cosecha (Salmos 126:6), pues sabemos, que en el Señor está nuestra
recompensa, nuestra restauración y nada ni nadie nos puede quitar el supremo
gozo y bendición de conocer a Cristo, de servirle, aunque no lo hayamos visto
con nuestros ojos físicos, sino, con los ojos de la fe. (2 Corintios 5:7) Oración.
«Gracias mi
Señor, porque conocerte y ser conocido por ti, es lo más importante de mi vida,
soy supremamente bendecido por tener a Cristo morando en mi corazón, por medio
de la fe en su muerte y su resurrección. Amén.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario