Equilibra tu vida
Vive con el debido sentido de responsabilidad,
No como los que no conocen el significado
De la vida; sino como los que lo conocen.
Efesios 5:15 (PAR)
No dejen que los errores de personas malvadas
Les guíen por caminos equivocados y les hagan
Perder el equilibrio.
2º Pedro 3:17 (PAR)
Benditos sean los equilibrados, ya que superarán a todos.
Uno de los eventos en las Olimpíadas de verano es el
pentatlón. Consta de cinco disciplinas: tiro de pistolas, esgrima, carrera y
natación. La meta del atleta es ganar en las cinco áreas, no sólo en una o dos.
Tu vida es un pentatlón de cinco propósitos, y debes
mantenerlos en balance. Esos propósitos los practicaron los primeros cristianos
en Hechos 2, los explicó Pablo en efesios 4, y los modeló Jesús en Juan 17,
pero se resumen en el Gran Mandamiento y la Gran Comisión de Jesús. Estas dos
declaraciones engloban todo lo que este libro es, los cinco propósitos de Dios
para tu vida:
1. “Ama a Dios con todo tu corazón”: fuiste planeado para
agradar a Dios; así que tu propósito es amar a Dios pedio de la adoración.
2. “Ama a tu prójimo como a ti mismo”: fuiste formado para
servir; así que tu propósito es mostrarles amor a los otros por medio de tu
ministerio.
3. “Ve y haz discípulos”: fuiste hecho para una misión; así
que tu propósito es compartir el mensaje de Dios por medio del evangelismo.
4. “Bautizándolos en...”: fuiste hecho para la familia de
Dios; así que tu propósito es identificarte con tu iglesia por medio del
compañerismo.
5. “Enseñándolos a hacer todas las cosas...”: fuiste creado
para llegar a ser como Cristo; así que tu propósito es crecer en madurez por
medio del discipulado.
Un gran compromiso con el Gran Mandamiento y la Gran Comisión
te harán un gran cristiano.
Mantener estos cinco propósitos en equilibrio no es fácil.
Todos tendemos a dar demasiada importancia a los propósitos que más nos
apasionan y descuidamos los otros. Las iglesias hacen lo mismo. Pero tú puedes
mantener tu vida equilibrada y seguir la pista; uniéndote a un grupo pequeño
para el seguimiento, evaluando regularmente tu salud espiritual, registrando
tus progresos en un diario personal, y comunicando a otros lo que has
aprendido. Esas son cuatro actividades importantes para vivir una vida con
propósito. Si piensas seriamente en mantenerte creciendo, necesitarás
desarrollar esos hábitos.
Habla de esto con tu compañero espiritual o grupo pequeño. La
mejor manera de apropiarse de los principios de este libro es abordándolos con
otros en el ámbito de un grupo pequeño. La Biblia dice: “El hierro se afila con
el hierro, y el hombre en el trato con el hombre”. Aprendemos mejor en
comunidad. Nuestras mentes se afilan y nuestras convicciones se profundizan
mediante la conversación.
Te insto seriamente a que te reúnas en un grupo pequeño de
amigos y formes un círculo de lectura de Una Vida con Propósito para revisar
estos capítulos semanalmente. Estudien las implicaciones y aplicaciones de cada
capítulo. Pregúntense: “¿Qué?” y ¿Qué ahora?” ¿Qué significa esto para mí, mi
familia y nuestra iglesia? ¿Qué voy a hacer con respecto a esto? Pablo dijo:
“Practica lo que has aprendido”. En el Apéndice 1, hay una lista de preguntas
para compartir en sesiones de grupos pequeños o en clases de Escuela Dominical.
Los grupos pequeños de lectura proveen muchos beneficios, lo
que un libro por sí mismo no puede. Puedes dar y recibir información acerca de
lo que estás aprendiendo. Puedes discutir ejemplos de la vida real. Puedes
orar, animar y ayudar a otros que, como tú, han comenzado a vivir esos
propósitos. Recuerda, estamos diseñados para crecer juntos, no separados. La
Biblia dice: “anímense y fortalézcanse unos a otros”. Después de haber ido a
través de este libro junto, con un grupo, puedes continuar con el estudio de
Una Vida con Propósito que ya está disponible para clases y grupos (ver
apéndice 2).
También te animo a que hagas un estudio personal de la
Biblia. Tengo más de mil notas finales de las Escrituras usadas en este libro
para ti, para que estudies su contexto.
Por favor lee el apéndice 3, el cual explica por qué en este
libro usé varias traducciones y paráfrasis de la Biblia. Para poder mantener
estos capítulos en una medida de lectura diaria razonable, no pude explicar el
fascinante contexto de la mayoría de los versículos usados.
Pero la Biblia se debería estudiar por párrafos, capítulos y
hasta por libros enteros.
Mi libro Métodos para el Estudio dinámico de la Biblia te
enseñará cómo puedes hacer estos estudios bíblicos inductivos.
Evalúa tu vida espiritual con regularidad. La mejor manera de
equilibrar los cinco propósitos en tu vida es evaluándote periódicamente. Dios
le da un alto valor al hábito de auto evaluación. Por lo menos cinco veces en
la Escritura se nos dice que probemos y examinemos nuestra salud espiritual.
Afirma: “Examínense para ver si están en la fe; pruébense a sí mismos”. Si
fallas el examen, haz algo al respecto.
Para mantener tu salud física, necesitas revisiones
periódicas con tu doctor, que puede evaluar tus signos vitales, la presión
sanguínea, la temperatura, el peso, etc. Para tu salud espiritual requieres un
chequeo ordinario de los cinco signos vitales: adoración, compañerismo,
crecimiento en carácter, ministerio y misión. Jeremías aconsejó: “Hagamos un examen
de conciencia y volvamos al camino del Señor”.
En la iglesia Saddleback hemos desarrollado una herramienta
de evaluación personal sencilla, la cual ha ayudado a miles de personas a
permanecer en el propósito de Dios. Si deseas una copia de evaluación de la
salud espiritual, puedes enviarme un correo electrónico a:
free@purposedrivenlife.com. Te sorprenderá cómo esta pequeña herramienta te
ayudará a equilibrar tu vida. Pablo instó: “Haz que tu entusiasmo del comienzo
sea igualado con una acción de tu parte ¡ahora!”.
Escribe tus progresos en un diario. La mejor manera de
reforzar tus progresos en el cumplimiento de los propósitos de Dios en tu vida
es llevar un diario espiritual. No es una agenda, sino una evidencia de las
lecciones de la vida que no deseas olvidar. La Biblia dice: “Por eso es
necesario que prestemos más atención a lo que hemos oído, no sea que perdamos
el rumbo”. Recordaremos lo que registramos.
Escribir te ayuda a clarificar lo que Dios está haciendo en
tu vida. Danzón Trotan lo decía así: “Los pensamientos se desenredan cuando
pasan entre las puntas de tus dedos”. La Biblia da muchos ejemplos de Dios
diciéndoles a las personas que llevaran un diario espiritual. Dice: “Por
mandato del Señor; Moisés anotaba cada uno de los lugares de donde partían y
adonde llegaban”. ¿No te alegra que Moisés obedeciera el mandato de Dios de
registrar el diario espiritual de Israel? Si él hubiese descuidado eso, nos
habría robado las poderosas lecciones del libro de Éxodo.
Es muy probable que tu diario espiritual no sea leído tanto
como el de Moisés, sin embardo, es importante. Tu vida es un peregrinaje, y un
peregrinaje merece un diario. Espero que escribas las etapas de tu peregrinaje
espiritual mientras vives con propósito.
No escribas solamente cosas agradables. Como hizo David,
registra tus dudas, tus temores y tus luchas con Dios. Nuestras grandes
lecciones provienen del dolor, y la Biblia dice que Dios ha registrado todas
nuestras lágrimas. Cualquier problema que ocurra, recuerda que Dios lo usa para
cumplir los cinco propósitos en tu vida; los problemas te impulsan a enfocarte
en Dios, a acercarte a otros en compañerismo y a construir un carácter como el
de Cristo, proveyéndote de un ministerio y dándote un testimonio. Cada problema
es con un propósito.
En medio de una experiencia dolorosa, el salmista escribió:
“Que se escriba esto para las generaciones futuras, y que el pueblo que será
creado alabe al Señor”. Se lo debes a las futuras generaciones de preservar el
testimonio de cómo Dios te ayudó a cumplir sus propósitos en la tierra. Este es
un testimonio que continuará hablando mucho después que estés en el cielo.
Enseña a otros. Si quieres continuar creciendo, la mejor
manera de aprender más es enseñar a otros lo que has aprendido. Proverbios nos
dice: “Quien bendice a otros es bendecido abundantemente; los que ayudan a
otros son ayudados”. Los que enseñan conocimientos reciben más de Dios.
Ahora que entiendes el propósito de tu vida, es tu
responsabilidad llevar el mensaje a otros. Dios te llama para que seas su
mensajero. Pablo dijo: “Yo quiero ahora que le digas esas mismas cosas a los
seguidores en quienes puedes confiar para que las compartan a otros”. En este
libro te he dado lo que otros me enseñaron acerca del propósito de la vida; tu
deber ahora es pasarlo a otros.
Probablemente, conoces a cientos de personas que no saben el
propósito de la vida. Comparte esas verdades con tus hijos, tus amigos, tus
prójimos y tus compañeros de trabajo. Si le das este libro a un amigo, añádele
una nota personal en la página dedicatoria.
Mientras más sepas, más espera Dios de ti que uses ese
conocimiento para ayudar a otros. Santiago dijo: “Cualquiera que sabiendo hacer
lo bueno no lo hace, está pecando”. El conocimiento aumenta la responsabilidad,
pero trasmitir el propósito de la vida es mucho más que una obligación; este es
uno de tus más grandes privilegios en la vida. Imagínate cuán diferente sería
el mundo si cada uno conociera su propósito en la vida. Pablo dijo: “Si enseñas
estas cosas a otros seguidores, serás un buen siervo de Cristo Jesús”. TODO ES
PARA LA GLORIA DE DIOS
La razón por la cual enseñamos lo que aprendemos es para dar
gloria a Dios y contribuir al crecimiento de su reino. La noche antes de su
crucifixión. Jesús oró a su Padre: “Yo te he glorificado en esta tierra al
completar el trabajo que me diste”. Cuando dijo estas palabras, no había muerto
aún por nuestros pecados, así que, ¿cuál era el “trabajo” que había completado?
En esa ocasión se estaba refiriendo a algo diferente de la expiación. La
respuesta está en lo que afirmó en los siguientes veinte versículos de su
oración.
Jesús le dijo a su Padre lo que había estado haciendo los
últimos tres años: entrenando a sus discípulos para que siguieran los
propósitos de Dios. Los ayudó a conocer y a amar a Dios (adoración,
enseñándoles a amarse los unos a los otros (compañerismo), les dio la Palabra
para que pudieran crecer y los envió a decirles a otros el mensaje
(evangelismo). Jesús modeló una vida con propósito y también enseñó a otros
cómo vivirla. Este era el “trabajo” que glorificaba a Dios.
Hoy Dios nos llama a cada uno a hacer lo mismo, no sólo
porque quiere que cumplamos sus propósitos, sino porque desea que ayudemos a
otros a hacer lo mismo. Él quiere que les presentemos a Cristo y los traigamos
a su compañerismo, ayudándoles a crecer en madurez y descubriendo su lugar de
servicio, para luego enviarlos al alcanzar a otros.
Esto es lo que significa vivir con propósito.
Independientemente de tu edad, el resto de tu vida puede ser lo mejor de tu vida
y tú puedes empezar a vivir con propósito hoy mismo.
DÍA TREINTA Y NUEVE
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Punto de reflexión: Bendito sea el equilibrio.
Versículo para recordar: “Vive con el debido sentido de
responsabilidad, no como los que no conocen el significado de la vida; sino
como los que lo conocen”. Efesios 5:15 (PAR).
Pregunta para considerar: ¿Con cuál de las cuatro actividades
puedo comenzar para seguir y equilibrar los cinco propósitos de Dios para mi
vida?
Gracias por estos estudios y reflexiones....Dios grande nos sigue hablando a través de su perfecta palabra 👏
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