viernes, 4 de julio de 2025

¿Cómo no voy a creer?

 


¿Cómo no voy a creer?

“Os ruego pues, ahora, que me juréis por Jehová, que como he hecho misericordia con vosotros, así la haréis vosotros con la casa de mi padre, de lo cual me daréis una señal segura; y que salvaréis la vida a mi padre y a mi madre, a mis hermanos y hermanas, y a todo lo que es suyo; y que libraréis nuestras vidas de la muerte.” Josué 2:12-13

Este relato corresponde a la petición que le hace Rahab, la ramera, a los 2 espías que esconde en su casa. Lo impresionante de esto es ver el cambio de mentalidad que hubo en ella una vez ha entendido que el único Dios verdadero es el Dios de Israel (Josué 2:9-11), es tal la transformación en esta mujer que vemos cómo su convicción ahora está puesta en el Señor, gracias a eso está segura que aquellos espías pueden tener misericordia de ella y su familia porque también han recibido la misericordia de Dios.

Cuando Rahab conoce que el Dios de Israel es el único Dios verdadero quiere que esto mismo lo sepa y lo crea su familia, pues para poder que sus padres y hermanos se refugiaran en la casa de Rahab para ser salvos de la destrucción que se venía, se necesitaba fe, creer en que Dios los libraría. Imaginemos el impacto para esta familia al escuchar a aquella mujer manifestando su fe en el Dios de Israel, probablemente ellos conocían a qué se dedicaba Rahab, y al escucharla hablar con aquella seguridad impactó tanto sus vidas que hasta ellos mismos decidieron creer en Dios. Ahora, pensemos: ¿cuál sería el impacto que causaría en nuestra familia cuando tomemos esa decisión, de no sólo creer en el Señor, sino de obedecerle sin vacilar? ¿Qué pasaría en la vida de aquellas personas que nos rodean? Seguramente pasará lo que a la familia de Rahab, incluso a lo que se refería Josué, tu casa y tú servirán a Jehová.  Oración.

«Señor ¿cómo no voy a creer en ti si te he visto actuar, si veo que eres real? Padre, si yo te he conocido ha sido por medio de tu Hijo Jesucristo y por la revelación de tu Santo Espíritu, quiero llevar a otros a que también te conozcan y se refugien en ti. Llévame a no callar, a predicar a tiempo y fuera de tiempo la obra de nuestro Salvador. Amén.

jueves, 3 de julio de 2025

Reflejando a Dios en nuestro diario caminar

 


Reflejando a Dios en nuestro diario caminar

“Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.” Efesios 5:1

¿Has notado que cuando nace un bebé tendemos a buscarle a quién se parece? Al verle sacamos nuestras propias conclusiones y tendemos a decir: “tiene los rasgos físicos de su padre, o en su personalidad es como su madre”. Si aplicáramos éste concepto en nuestras vidas ¿a quién podríamos decir que nos parecemos, a nuestro Padre Celestial o al mundo que nos rodea? Es necesario que nos realicemos ésta pregunta, pues como vimos en el devocional de ayer, nuestra misión es reflejar en nuestro diario caminar a nuestro Padre Celestial, pero ¿Cómo lograrlo, cómo experimentarlo de manera práctica? Veamos a los bebés, ellos aprenden por imitación de los padres y es increíble ver cómo enseñar a abrir y a cerrar la mano y él tratará de imitarlo pues quiere hacer lo que los padres hacen, ¿cómo lo logra? Observando con atención y confiando en que lo que está viendo es lo que lo llevará a conseguir realizar el movimiento que está viendo. Lo mismo podríamos decir que sucede en nuestra relación con Dios, entre más nos fijemos en Él, le observemos y pasemos tiempo con Él, el Espíritu Santo nos llevará de manera natural a imitarle, pues recordemos que sólo es por el Espíritu Santo que podremos reflejar a Dios en nuestro diario caminar.    Oración.

«Padre solo quiero ser un reflejo tuyo así como tu Hijo Jesucristo lo ha sido. Gracias por enseñarme a través de tu palabra, que si lo puedo llegar a experimentar, tan solo es por la obra de tu Santo Espíritu. Amén.

miércoles, 2 de julio de 2025

Reflejando a nuestro Creador

 


Reflejando a nuestro Creador

“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza;… Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.” Génesis 1:26a-27

La biblia nos muestra cómo Dios nos diseñó para reflejar Su imagen, la pregunta es: Si hemos sido creados de esta manera ¿por qué nuestra vida en algunos momentos no refleja esa imagen de Dios?, ¿por qué se ha desdibujado ésto en el hombre con el paso del tiempo? Pues hoy en día vemos una humanidad que no refleja a su Creador el cual es amoroso, compasivo, perdonador, fiel, justo, sino una humanidad que refleja al mundo y su propia carne (Gálatas 5:19-21a) Entonces ¿cuál es la solución para retornar a ese diseño original y comenzar a reflejar a nuestro Creador? Una de las claves está en la fe, porque sólo por medio de ella es que el Espíritu Santo nos permite entender que debemos retornar a ese diseño original en el que fuimos creados para reflejar a Dios (Romanos 8:7-9), la segunda clave está en nuestra comunión con Dios, pues a medida que le conozcamos por medio de Su palabra y creamos en ella entonces el mismo Espíritu Santo nos llevará a reflejar en palabras, sentimientos, pensamientos, acciones todo lo que hemos aprendido sobre el Padre, tal como vemos sucedió con Jesús, pues cuando le vemos podemos notar que cuando vino al mundo encarnado en hombre lo que hizo fue reflejar a Su Padre, tanto así que la biblia nos revela que Él es la imagen visible del Dios invisible (Colosenses 1:15) lo que nos indica que nosotros también debemos hacerlo, mostrar al mundo de manera visible a nuestro Creador.   Oración.

«Padre llévame a reflejar día tras día tus pensamientos, tus palabras y tu manera de actuar, quiero experimentar en todo momento la verdad que declaras en tu palabra, con Cristo estoy juntamente crucificado y ya no vivo yo más vive Cristo en mí. Amén.

martes, 1 de julio de 2025

Un encargo de Amor

 


Un encargo de Amor

“Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” Mateo 28:16-20

Los versículos finales del evangelio de Mateo son conocidos como la “Gran Comisión”, la palabra comisión significa encargo, encomienda, misión; así que podemos decir que en estos versículos que registran las últimas Palabras de Jesús antes de ascender al cielo hallamos el encargo que el Señor nos da, encontrando profundas verdades para nuestro crecimiento cristiano.

Lo primero es que los discípulos fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado, enseñándonos la importancia de obedecer los mandatos del Señor, la obediencia, que como sabemos es fundamental para el crecimiento cristiano, debe ser un rasgo distintivo del seguidor de Cristo, pero debemos conocer que es gracias a la obra de Jesús, a su muerte y resurrección y a que el Espíritu Santo es dado a todo creyente, que ahora como discípulos del Señor, podemos obedecer.

Lo segundo es que obedecer el mandato del Señor permite verlo, es decir conduce a una revelación de su presencia; y esto es lo que Jesús nos enseña cuando dice: “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.” Juan 14:21. Y es maravilloso ver que esta revelación de Jesús como Dios, conduce directamente a la adoración.

Lo tercero es el gran encargo que Jesús deposita en sus discípulos, es decir en nosotros los creyentes: Ir y hacer discípulos a todas las naciones, lo que implica compartir de Cristo, para que por fe se conozca a Jesús como Señor y Salvador, lo que conducirá al nuevo creyente a reconocer públicamente su fe por medio del bautismo. Finalmente también debemos enseñarles todo lo que Jesús ha dicho, lo cual se puede resumir en Amar a Dios sobre todo y al prójimo como Cristo nos ha amado, este es el encargo de Amor.   Oración.

«Señor Jesús, gracias por tu gran amor, ese amor que me rescató y me dio una nueva vida, gracias por llamarme a compartir de tu gran amor, gracias por ese encargo de Amor, que tu Espíritu Santo me capacite y me lleve a cumplir con la gran comisión. Amen.

lunes, 30 de junio de 2025

La Victoria del Amor


La Victoria del Amor

“Más el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho. Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y mientras iban a dar las nuevas a los discípulos, he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron. Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán.” Mateo 28:5-10

Ese encuentro de aquellas mujeres con Cristo resucitado, tuvo que ser impactante, después de la tristeza tan grande por la muerte de su Maestro, el gozo de volverlo a ver tres días después, debe ser algo indescriptible. Para aquellas mujeres a quienes primero se les presentó un ángel, solamente la noticia que este les dio, revivió su fe, el ángel les recordó las palabras que su Señor les había dicho antes de ir a la cruz: “No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor”, recordar las Palabras de su Salvador y ver la tumba vacía fue suficiente para llenarse de esperanza y gozo; lo que las llevó a salir corriendo para dar la noticia a sus demás compañeros. Al ellas ir corriendo a compartir esta buena nueva, sucede algo aún más extraordinario, Cristo resucitado sale a su encuentro, ante lo cual su reacción fue de adoración, y ahora Jesús mismo es quien les dice que vayan a contar esta magnífica noticia a los demás discípulos.

Para nosotros los creyentes la noticia de la resurrección de Cristo debe también traer fe y esperanza, esa misma esperanza que tuvieron aquellas mujeres, y que produce gozo, pues trae la certeza de que Cristo, al dejar la tumba vacía, triunfó sobre la muerte, de manera que ahora como dice Romanos 8:38-39 podemos estar seguros de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro, lo cual debe llevarnos también a adorar a Jesús y a salir corriendo a compartir las buenas noticias de La Victoria del Amor a nuestros seres queridos, igual que lo hicieron aquellas mujeres.    Oración.

«Señor Jesús, te adoro, gracias por revelarme que tú resucitaste, estás vivo, gracias por tu amor, gracias porque ahora puedo correr a contar a todos que el Amor triunfó, que gracias a ti hoy se puede declarar la Victoria del Amor y que ese Amor ahora vive en mí. Amen.


domingo, 29 de junio de 2025

Sacrificio de Amor

 


Sacrificio de Amor

“Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos. El centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente este era Hijo de Dios.” Mateo 27:51-54

“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.” Romanos 1:16

Jesús en el acto de amor más grande manifestado a la humanidad, entrega su vida como sacrificio, para satisfacer la justicia de Dios, realizando el pago por nuestros pecados. Este sacrificio de amor fue aceptado por el Padre, tal y como quedó registrado en Mateo 27:51. El hecho de que el velo se rasgara de arriba hacia abajo nos indica cómo Dios mismo es quien al aceptar el sacrificio hecho por su Hijo, quita esa separación que le impedía al hombre acercarse a Él por causa del pecado, y nos brinda por medio de la fe en Jesucristo acceso al lugar santísimo, es decir a su propia presencia.

Pero no solamente ahora podemos entrar, gracias a la obra de Cristo, confiadamente al trono de gracia para hallar oportuno socorro, sino que también gracias a ese sacrificio de amor, los creyentes tenemos esperanza, pues como se nos relata en Mateo 27:52-53 después de que Dios el Padre aceptara el sacrificio hecho por su Hijo en la cruz se abrieron los sepulcros y muchos cuerpos de santos se levantaron y aparecieron a muchos después de la resurrección de Cristo, lo cual nos indica el triunfo de Jesús sobre la muerte, y por ende la esperanza de vida eterna para todo aquel que deposita su fe en Él.

La muerte de Jesús en la cruz es un acto de amor para alcanzar a toda la humanidad, y desde el mismo instante en que Jesús murió, el impacto de este sacrificio de amor empezó a tener repercusiones aún en aquellos que habían sido los verdugos del Señor, como vemos en Mateo 27:54. Por lo tanto hermanos, en respuesta a ese sacrificio de Amor, sigamos el ejemplo de Jesús y en amor obedezcamos la voluntad de Dios y compartamos el mensaje del evangelio, el cual es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree.  Oración.

«Señor Jesús, gracias por tu amor inagotable, gracias por ese sacrificio en la cruz que me demuestra tu gran amor, gracias por atraerme a ti con tu mensaje de salvación, gracias por ayudarme, capacitarme y motivarme a compartir el mismo amor que tú me has dado. Amen.

sábado, 28 de junio de 2025

El valor de la amistad

 


El valor de la amistad

“Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.” Juan 15:14-15

“Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ese es; prendedle. Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: ¡Salve, Maestro! Y le besó. Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron.” Mateo 26:48-50

Juan 15:15 nos muestra cómo Jesús consideraba amigos a sus discípulos, por eso en los sucesos relatados en el capítulo 26 de Mateo, se nos describe, seguido al arreglo por parte de Judas con los principales sacerdotes para traicionar a Jesús (Mateo 26:14-16), un acto íntimo de comunión conocido como la última cena, en ella el Señor manifiesta que será entregado por uno de ellos, sin embargo todos los que estaban ahí, eran considerados como sus amigos, y a ellos les da a conocer el nuevo pacto, basado en el derramamiento de su sangre para perdón de pecados (Mateo 26:17-29).

Hasta este momento, las acciones de Jesús descritas en el capítulo 26 de Mateo nos dejan ver la coherencia con sus palabras, pues él consideraba amigos a sus discípulos, y a ellos no les ocultó nada, antes les reveló lo que pasaría, a pesar de saber que ellos lo traicionarían, lo abandonarían y lo negarían más adelante, como se los dijo en Mateo 26:30-35.

Después de Jesús declararles lo que pasaría, continúo con ellos y los llevó a orar al lugar conocido como Getsemaní, donde abrió su corazón y les dejó ver su angustia y tristeza, mostrándonos lo que los amigos deben hacer: “Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo” Gálatas 6:2, y esa ley que nos habla aquí es la ley del Amor.

Y es precisamente esa ley del Amor, la que nos permite perdonar las ofensas más grandes y aun seguir considerando amigos a las personas que nos ofenden, como lo hizo Jesús con Judas, a quien le dijo amigo aun después de que él lo traicionó entregándolo con un beso. Por eso hermanos, no dejemos que el rencor, el dolor, la tristeza o el desengaño nos impidan perdonar, sino que sigamos el ejemplo de Jesús: perdonando y cultivando la amistad.  Oración.

«Señor Jesús, gracias por ser mi amigo fiel, porque esa buena obra que empezaste en mí, la terminarás; gracias por tu ejemplo de amor, que me motiva a amar y perdonar a otros, cultivando la amistad y fortaleciendo esas hermosas relaciones que me has dado. Amen.