lunes, 14 de marzo de 2011

Prioridades correctas


Prioridades correctas

Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.

Colosenses 3:2

¿Dónde están sus prioridades? ¿Se está concentrando en las cosas de este mundo o en las cosas espirituales? ¿Si Cristo viniera mañana se estropearían los planes de usted? Lamentablemente, muchos cristianos esperan que Él no se aparezca por algún tiempo.

¡Qué comentario tan triste! Si prefiere estar en la tierra que estar en el glorioso hogar de Cristo en el cielo, entonces usted no ama su venida. Dios se aflige cuando no vivimos esperando su gloriosa presencia y estamos más interesados en las cosas efímeras de este mundo.

¿Dónde está su corazón? Es tiempo de hacer un examen minucioso de sus prioridades. Cuando verdaderamente se está agradecido por la salvación que Dios ha dado, se vive con la esperanza de la plenitud de esa salvación aun por venir. Haga suyo el deseo de Juan: "Sí, ven, Señor Jesús" (Ap. 22:20). El motivo de la iglesia

A él sea gloria en la iglesia.

Efesios 3:21

Si se fuera a entrevistar a un grupo de personas y pedirles que mencionen el propósito fundamental de la iglesia, es probable que se obtengan muchas respuestas diferentes.

Algunas pudieran sugerir que la iglesia es un lugar para hacer amistades con personas espirituales. Es donde los creyentes se fortalecen los unos a los otros en la fe y donde se cultiva y se expresa el amor.

Otros pudieran sugerir que la misión de la iglesia es enseñar la Palabra, preparar a los creyentes para diversas responsabilidades e instruir a los niños y a los jóvenes con el propósito de ayudarlos a crecer en Cristo.

Aun otras pudieran decir que otro propósito de la iglesia es alabar a Dios. La iglesia es una comunidad de alabanza que exalta a Dios por lo que es y por lo que ha hecho. Algunas personas sugerirían que como la alabanza es la actividad principal del cielo, debe ser la responsabilidad primordial de los que están en la tierra.

Pero tan importante como son la comunión, la enseñanza y la alabanza, el motivo principal de la iglesia es glorificar a Dios. El apóstol Pablo describió la salvación como "para alabanza de la gloria de su gracia" (Ef. 1:6).

domingo, 13 de marzo de 2011

AGRADECEMOS A DIOS POR SUS MÚLTIPLES MISERICORDIAS Y SU BONDAD AMOROSA


AGRADECEMOS A DIOS POR SUS MÚLTIPLES MISERICORDIAS Y SU BONDAD AMOROSA
Estoy siendo guiado por el Espíritu Santo a escribirle a usted acerca de abrir puertas que están cerradas. Alguien leyendo este mensaje puede relacionarse inmediatamente con esto pues está enfrentando una o más puertas cerradas. Está ahí, frente a usted, una puerta que parece estar continuamente cerrada. Puede ser una situación financiera seria y ante la cual usted ha orado para que una puerta que le dé solución a su problema sea abierta. Pero todo lo que usted trata de hacer parece fallar; las puertas simplemente no se abren.

Yo no sé cuál es su puerta cerrada, pero para muchos parece ser que las puertas y las ventanas de los cielos están cerradas. Los cielos parecen ser de bronce y usted no parece poder penetrarlos. Esta puerta cerrada a la cual me refiero es algún problema, alguna situación, alguna necesidad por la que ha estado orando mucho. Puede ser una crisis que requiera nada menos que un milagro. Y usted no ha recibido todavía una respuesta a sus fervientes oraciones y peticiones que le ha hecho al Señor.

En Apocalipsis, Cristo se refiere a sí mismo como EL QUE ABRE Y CIERRA PUERTAS (3:7). Esto estaba en una carta enviada a los creyentes de la antigua Filadelfia, una iglesia a la que el Señor alabó por guardar su palabra y por nunca negar su nombre. Es decir, en los tiempos más duros, estas personas permanecieron fieles a la Palabra de Dios. Ellos no acusaron al Señor de descuidarlos ni de tener oídos sordos a sus clamores.

Evidentemente, Satanás tenía que venir a ellos con mentiras. Sus principados y poderes de las tinieblas, espíritus mentirosos salidos de las entrañas del infierno dicen que Dios ha cerrado todas las puertas, que él no es merecedor de adoración ni de fe. Pero estos creyentes, de los cuales Jesús dijo que tenían poca fuerza, siguieron confiando, esperando pacientemente a que Dios colocara la llave en la puerta para abrirla. Él tiene la llave para cada puerta cerrada – y sólo él pone delante de nosotros las puertas abiertas.
Aquí está lo que el Señor les prometió a ellos y es ésta también nuestra promesa:

“Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia [no te rendiste durante tu prueba], yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra” (3:10).

Esta hora de la prueba está ya sobre nosotros. Trae pruebas increíbles de fe tan grandes y tan fuertes que muchos caerán en incredulidad mortal. Verdaderamente, ahora en todo el mundo hay una gran caída de esa fe resistente.

Pero usted, – porque usted todavía confía en sus promesas, y está dispuesto a morir en fe, aún si no ve las promesas cumplidas – usted será guardado de la tentación que vendrá sobre todo el mundo para caer en incredulidad. Dios ha escuchado su clamor y él sabe el tiempo, la misma hora en que abrirá todas las puertas. Así que nunca se rinda. Nunca dude. Permanezca firme en sus promesas. Él no le fallará.

sábado, 12 de marzo de 2011

Una esperanza viva

Una esperanza viva

Su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva.

1 Pedro 1:3

Cuando Dios lo salvó y lo transformó a usted, le dio "una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible" (1 P. 1:4). Como resultado, los cristianos pueden vivir con la esperanza de esa herencia eterna.

¿Por qué es importante esa esperanza? Los incrédulos no confían en Él, de modo que no pueden esperar en Él. Pero como creyente usted ha visto que Dios ha sido fiel en el pasado y en el presente, y que le da la esperanza de que será fiel en el futuro. Y eso le da gloria.

Digámoslo de una manera sencilla: Dios es glorificado cuando usted confía en Él. Dios es glorificado cuando usted cree en Él. Y Él es glorificado cuando usted espera en su promesa futura. El Dios que le ha dado tan gran salvación es digno de su esperanza. La emoción de la gracia

Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.

Juan 1:16

¿Es la experiencia de la gracia de Dios en su vida algo emocionante? ¡Lo es para mí! Es conmovedor el solo pensar en el hecho de que Dios, por su propio plan soberano, decidió tener misericordia conmigo.

Él derramó su gracia sobre mí. Él perdonó todos mis pecados. Me dio la presencia interior del Espíritu Santo. Me dio el entendimiento de su Palabra. Me llamó al ministerio espiritual. Todos los días me da abundante comunión con los santos, y me gozo en ser parte de su pueblo redimido. Él me permite ver el mundo como la obra de sus manos. Soy su hijo, y Él me ama de una forma personal.

No hay nada mejor que recibir gracia sobre gracia. Pido a Dios que esa sea la experiencia de usted.

viernes, 11 de marzo de 2011

Llamados a sufrir


Llamados a sufrir

Para [el sufrimiento] fuisteis llamados.

1 Pedro 2:21

Aunque el versículo de hoy parece indicar que se nos llama a sufrir, en realidad se refiere a la última parte del versículo 20, que dice: "Si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios". Cuando los cristianos soportan con paciencia el sufrimiento, eso agrada a Dios.

Eso no debiera sorprendernos. Al comienzo de este capítulo de Primera Pedro, el apóstol afirma que los cristianos "sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable" (v. 9). Nuestro mundo sombrío se resiente y a menudo es hostil con quienes representan al Señor Jesucristo. Ese resentimiento y esa hostilidad pueden sentirse en determinados momentos y lugares más que en otros, pero siempre está allí en cierto modo como parte del privilegio de ser suyos. ¿Qué ama usted en realidad?

Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.

Lucas 14:26-27

Aparte de Dios, nadie pudo haber sido más amado para Abraham que su hijo Isaac. Pero esa era la prueba: "Averiguar si amaba a Isaac más que a Dios". Si amamos a Dios sobre todas las cosas, le daremos gracias por lo que está logrando a través de nuestras pruebas y de nuestros sufrimientos. Pero si nos amamos a nosotros mismos más de lo que amamos a Dios, pondremos en tela de juicio la sabiduría de Dios y nos enojaremos y amargaremos. Si hay algo para nosotros más amado que Dios, entonces Él tiene que quitar eso para que crezcamos espiritualmente.

En el versículo de hoy, Jesús no dijo que debemos odiar a todo el mundo. Más bien quiso decir que si no se ama a Dios hasta el punto de que se esté dispuesto, si fuera necesario, a separarse del padre, de la madre, del cónyuge, de los hijos, del hermano, de la hermana, o incluso de la propia vida, entonces no se le ama sobre todas las cosas. Usted debe decidir hacer la voluntad de Dios ante todo, sin que importe cuánto pueda amar a los demás.

jueves, 10 de marzo de 2011

ALABADO SEA DIOS POR SUS BONDADOSAS MISERICORDIAS


ALABADO SEA DIOS POR SUS BONDADOSAS MISERICORDIAS
Tengo un mensaje corto para aquellos que están experimentando una situación dolorosa y abrumadora. No me estoy dirigiendo a aquellos que ahora disfrutan de un tiempo de descanso después de sufrir, a quienes no están bajo dolor ni pena. Gracias a Dios por esos tiempos de tranquilidad y descanso.

ay cristianos que están pasando por divorcio, hijos drogadictos o en prisión, la muerte de un cónyuge. Una mujer que está tan enamorada de Jesús acaba de perder a sus tres hijos que murieron sofocados en un fuego. Un pastor se lamenta por su esposa, la cual lo dejó a él y a sus hijos por una amante lesbiana. Son muchas las personas devotas que están abrumadas con penas y dolores.

Tengo un mensaje para usted que está sufriendo dolor y pena, usted que está viviendo con lamento o dolor. En el Salmo 40, David clamó, “Me han rodeado males sin número…Quieras, oh Jehová, librarme; Jehová apresúrate a socorrerme” (Salmo 40: 12-13). “Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan…Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío no te tardes” (40: 16-17).

He sido tan bendecido y consolado por esta línea en el verso 17: “Jehová pensará en mí.” Imagine eso. El Señor Dios que creó todas las cosas, el Dios de este universo, está pensando en mí.

Aún ahora, en esta misma hora, sus pensamientos son acerca de usted, en su hora de necesidad.

Cuando Israel estaba cautivo en Babilonia, lamentándose de la pérdida de casas y familias, y soportando aflicciones y problemas, Dios les envió una palabra a través de Jeremías: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis” (Jeremías 29:11). Dios le dijo a su pueblo, “Vuestra pesadilla va a terminar. Yo sólo tengo pensamientos buenos, amorosos para con vosotros, y si me buscáis con todo vuestro corazón, me encontraréis” (ver Jeremías 29:11-13).

Dios no está enojado con usted. Personas santas son afligidas, así que no vacile en su confianza en él. En tiempos de estrés y sentimientos de soledad y pena, ore. Derrame su corazón al Señor. Él está pensando en usted – y él está trabajando para usted.

martes, 8 de marzo de 2011

¡EXALTAMOS EL NOMBRE DE JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR!


¡EXALTAMOS EL NOMBRE DE JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR!
Alguien que está leyendo esto, necesita que Jesús lo toque. Cuando el Señor ministró aquí en la tierra, él sanaba y restauraba a los afligidos con simplemente tocarlos. Cuando Jesús tocó a la suegra de Pedro, “la fiebre la dejó”. Él tocó el féretro de un joven muerto y éste volvió a la vida. Jesús tocó los ojos de los ciegos y ellos pudieron ver. Él tocó el oído de un sordo, y éste pudo oír. Padres trajeron a sus hijos a Jesús “para que los tocara”. Su suave toque cambió todo. Multitudes trajeron a sus enfermos y Jesús se dio tiempo para extender su mano, tocarlos, sanarlos.

Si usted en verdad conoce al Señor íntimamente, usted ha conocido y ha sentido el toque de la mano de Jesús. En momentos de soledad, en tiempos de desánimo, en tiempos de confusión, en tiempos tan dolorosos e inciertos, usted clamó desde lo profundo de su alma: “Señor Jesús, necesito tu toque. Necesito sentir tu presencia. Ven Jesús y toca mi alma sedienta.”

Algunos necesitan el toque de Jesús sobre sus mentes. Satanás ha venido junto con sus malvados principados para molestar y sobrecargar la mente con pensamientos que son infernales – pensamientos de incredulidad, pensamientos que no nos hacen como Cristo, pensamientos de temor, pensamientos de baja estima, pensamientos de que estamos desagradando a Dios. Los creyentes honestos les dirán que ellos han experimentado estos ataques a sus mentes. Satanás está determinado a destruir nuestra fe y dependencia del Señor.

En las Escrituras, el toque de Jesús vino en respuesta a un clamor. No hay evidencia de que él alguna vez rechazó un lamento. Y él no le dará la espalda al suyo sino que responderá misericordiosamente a su necesidad. En Mateo 8 nosotros leemos sobre un leproso el cual vino a él diciendo, Señor, si quieres, puedes limpiarme.” Jesús extendió su mano y lo tocó diciendo, “Quiero; sé limpio.” “Y al instante su lepra desapareció”.

Encuentre un lugar a solas con Jesús hoy día y dígale lo que el leproso le dijo: “Señor, tú puedes. Límpiame.” Luego esté a la expectativa que aquél que no hace acepción de personas lo tocará y lo sanará en mente, cuerpo, alma y espíritu. El brazo del Señor está extendido hacia usted pero él espera por aquél clamor de necesidad, ese clamor por ayuda que también es un clamor de expectativa.

“Y los Egipcios nos maltrataron y nos afligieron, y pusieron sobre nosotros dura servidumbre. Y clamamos a Jehová el Dios de nuestros padres; y Jehová oyó nuestra voz, y vio nuestra aflicción, nuestro trabajo y nuestra opresión; y Jehová nos sacó de Egipto con mano fuerte, con brazo extendido, con grande espanto, y con señales y milagros; y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra, tierra que fluye leche y miel” (Deuteronomio 26:6-9).

lunes, 7 de marzo de 2011

Madurez en el sufrimiento




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Friday, March 4, 2011 Email Facebook Twitter


4 de marzo

Madurez en el sufrimiento

El Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.

1 Pedro 5:10

Un llamado del cristiano a la gloria tiene que ir por la senda del sufrimiento. El versículo de hoy explica por qué. El sufrimiento es el método de Dios para que su pueblo madure espiritualmente. Lo complace cuando soportamos con paciencia la prueba que afrontamos en el camino. El sufrimiento es parte del plan de Dios a fin de preparar a su pueblo para la gloria.

El apóstol Pedro dijo esto respecto al valor del sufrimient "En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo" (1 P. 1:6-7). Dios permite el sufrimiento como una confirmación de nuestra fe. También produce paciencia, aunque la paciencia es una virtud que no necesitaremos en la eternidad; no habrá razón alguna para la impaciencia allí. Pero además de esos beneficios, el sufrimiento aumenta nuestra capacidad de alabar, honrar y glorificar a Dios, y eso es algo que usaremos por toda la eternidad. Dispuestos a sufrir

Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento.

1 Pedro 4:1

Una de las bendiciones de ser cristiano es nuestra identificación con Cristo y sus privilegios resultantes. Sin embargo, para que no demos por sentado esas bendiciones, suponiendo que resultarán en que seamos amados y respetados por el mundo, Dios también permite que suframos. En realidad, el apóstol Pedro en su primera epístola muestra con toda claridad que quienes son más bendecidos en la fe sufren más.

La vida cristiana es un llamado a la gloria a través del sufrimiento. Eso es porque quienes están en Cristo están inevitablemente en pugna con su cultura y su sociedad. Todos los sistemas estimulados por Satanás están en pugna con las cosas de Cristo. El apóstol Juan dijo que una persona no puede amar a Dios y al mundo al mismo tiempo (1 Jn. 2:15). Y Santiago dij "Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios" (Stg. 4:4).